lunes, 12 de diciembre de 2016

COMBATIENTES ESPAÑOLES CONTRA EL DAESH

 

'Ellos o nosotros. Es una guerra a muerte'

Es el primero del cada vez más numeroso destacamento español que lucha contra el Estado Islámico en tierras iraquíes. ¿Por qué ir? ¿No es esta una guerra muy lejana?
Rosa Cuervas-Mons
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Su nombre de ‘cruzado’ es Simon de Montfort. Recibe las preguntas de Gaceta.es a través de la red de Apoyo a los voluntarios españoles que luchan contra el Daesh, autoproclamado Estado Islámico.


Cambió una vida cómoda en España por otra de noches de guardia, campos de minas y la constante amenaza yihadista en tierras iraquíes. Objetivo de los terroristas del Estado Islámico, no tiene claro cuál ni cómo será su futuro. Sólo que, en su presente, no podía seguir viendo cómo masacraban a sus hermanos cristianos… ni a los yazidíes, ni a los chiitas. Simón contesta desde la trinchera, con el 'detente bala' prendido a su uniforme y su fusil preparado para el combate. Un español en Irak.
Un español en Irak. Parece el título de una novela pero es su vida. ¿Por qué dejarlo todo en España para combatir en un país extranjero?
Porque es insoportable el nivel de cinismo y barbarie que el Daesh destila. No se trata de barbaridades cometidas en caliente por salvajes sanguinarios, sino de un genocidio organizado para acabar con las minorías de esta región, entre ellas la cristiana. Como cristiano no podía tolerar ver a mis hermanos arrancados de sus hogares y perseguidos con tanta saña. Duele también que le ocurra a los yazidíes, kurdos o chiitas, pero la persecución a los cristianos ha sido el verdadero revulsivo para actuar. Eso, y ver el silencio cómplice de Occidente y una jerarquía eclesiástica más preocupada por el buenismo y falso ecumenismo que por la defensa de los cristianos y la denuncia de esta persecución.

Niños hechos prisioneros por el Estado Islámico para vender en los mercados | Apoyo Españoles Voluntarios contra el Daesh
¿Cómo se toma una decisión así?
Se toma tras ver múltiples llamadas a la acción por parte de sacerdotes y de víctimas de la persecución. Se toma viendo el sadismo de los perseguidores y recordando que una vez pasó algo parecido en España y puede volver a suceder. Y viendo, en mi caso, que ya he logrado metas importantes en la vida y que más vale caiga yo que jóvenes con una vida por delante.
Una vez tomada, ¿qué se siente?
Primero miedo, por la incertidumbre de qué va a pasar y a dónde vas; inquietud por no saber si el viaje es en balde y tendrás que regresar por donde has venido o si hay un sitio para ti en el frente.
Llega a Irak. Ya es parte de las fuerzas kurdas contra el ISIS. ¿Cómo es su día a día? ¿Cuál es su trabajo?
Los dos primeros meses estuve en una unidad al este de Kirkut, entre Kirkut y la ciudad del Daesh de Haweeja, en un batallón en primera línea de frente donde éramos fustigados cada noche. Nuestra vida era vivir de noche entre guardias y disparos y descansar durante el día. Luego, tras el refuerzo de la zona, vino la calma. Unos se fueron a Siria y yo encontré lugar en esta brigada de voluntarios. Se trata de una unidad operativa donde no estamos fijos en el frente, sino que acudimos cuando ocurre cualquier cosa. También realizamos labores de escolta y protección de autoridades y eventos y reforzamos, sobre todo por la noche, los puntos del frente más vulnerables.
El miedo ¿está presente?
Tenemos bastante seguridad con nuestra preparación y ansiamos la confrontación directa, pues para eso hemos venido. Hay momentos, sobre todo con los explosivos trampa o minas, en los que notamos la inseguridad.
Para quiénes sólo vemos la realidad de Irak por lo que nos cuentan otros. ¿Cómo es la vida allí? ¿Qué rastro deja el Estado Islámico? ¿Cómo se vive bajo su mal llamado ‘califato’?
Casi a diario asistimos también a refugiados que acuden a nuestra primera línea de frente huyendo del Daesh. Ver a esas familias con tantos niños y mujeres asustadas acudir a nuestro refugio es consolador. Ver el rostro del miedo y desconcierto de quienes se arriesgan cruzando las líneas del Daesh entre campos de batalla revela la dimensión de la barbarie que representan nuestros enemigos. Son, creo, enemigos de toda la civilización y la humanidad, además de enemigos fanáticos religiosos. En cuanto a nosotros… Hemos dejado la comodidad de una cama por dormir en el suelo, la comida española por una pobre y repetitiva comida de sustento, etc…
¿Qué diría a quienes dicen que se meten en una guerra que no es la suya?
Si el parar un genocidio no compete a toda la humanidad vamos mal. Pero si encima eres cristiano y el genocidio se comete contra tus hermanos, todavía es más cercana la motivación para auxiliarles. Aquí se persigue, no por ideas políticas, sino por el hecho de ser cristianos. Si en lugar de cristianos fuesen judíos, cualquier desproporción en el uso de la fuerza para parar esto estaría ‘legitimada’ por los mass media. Pero parece que ser cristiano o musulmán es ser ciudadano de tercera en esta aldea global.
¿Y qué diría al Gobierno español?
Que cierre toda conexión con Arabia Saudita, Qatar, Turquía y todos los países que fomentan y apoyan a los terroristas, directa o indirectamente, a través de los mal llamados “opositores moderados” al régimen de Al Assad, por ejemplo. Libia, Irak y ahora Siria no son ni más seguros ni más prósperos que con los anteriores regímenes. Esto no significa apoyar esos regímenes, sino denunciar que la alternativa que se está apoyando es la del odio islamista, no, como se nos ha hecho creer, el de una supuesta “democracia”. Y en medio de todo ello, hay quien saca rédito económico con el expolio de los recursos naturales a precio de saldo de guerra.
¿Cree que España está actuando como debe ante la amenaza del islamismo radical?
El buenismo de Europa en general y el de España en particular choca con el fanatismo y convicción de los islamistas, quienes, por medio de las armas que le otorga la propia democracia (libertad, igualdad, representatividad…) tienen el firme propósito de afianzar en un futuro cercano su sharia y forma de vida, imponiéndola a todo el mundo. Sus valores y principios son radicalmente contrapuestos a los de la civilización cristiana, y ellos no tienen ninguna intención de adaptarse.
¿Sabe si hay en el otro lado españoles luchando a favor del ISIS? ¿Podría encontrarse con ellos?
Claro que nos consta, aunque la mayoría son extranjeros beneficiados de la facilidad con que España otorga la nacionalidad a esos extranjeros.
Yo, como residente en Marruecos durante años, nunca podría esperar ser reconocido como ciudadano marroquí, por ejemplo. Una cosa es la residencia o permiso de trabajo o residencia y otra la nacionalidad con lo que ello representa.  Esto es una guerra entre ellos o nosotros y es una guerra a muerte, o cortamos el cáncer de raíz, o se extenderá por todas partes como hemos visto en Paris, Bélgica o Madrid.

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