sábado, 24 de diciembre de 2016

LAS NORMAS PARA CUMPLIRLAS ......TODAS

 


Todo lo que hacemos cara a los demás tiene unas consecuencias y, en su caso, una  sanción. Que debemos de acatar las normas de la sociedad en la que vivimos parece un postulado que no debería de ser puesto en cuestión. foto-1
Juan Soldado no sería capaz de enumerar los distintos tipos de normas que le afectan pero sí sabe que estas normas podrían ser agrupadas en tres grandes bloques: las normas jurídicas, las normas morales y las normas de trato o uso social.
Respecto de las normas jurídicas, quienes las contravengan serán sancionados como acreedores de faltas o como delitos, sin más. Las normas morales son pautas de conducta interior de cada uno y suponen una guía interna que marcará nuestra actuación con los demás ciudadanos. Las normas de comportamiento social no están escritas pero cada cultura y cada sociedad tienen las suyas de tal forma que sus miembros tienen que cumplirlas igualmente, aun cuando no haya sanción.
Juan Soldado sabe  que para acudir a determinados actos hay consensos sobre la forma de vestir, formas de comportamiento, uso de determinado lenguaje, higiene personal, aspecto general. Él cede el asiento a los mayores, felicita a los demás por determinados motivos. No hay normas, solo consenso social. ¿Le obliga la norma escrita? , no, ¿será sancionado por la autoridad al incumplirlas?, no. La sanción le vendrá en la opinión de los demás.
Bueno, pues hay personas que esto lo incumplen sistemáticamente y ello es más grave cuando viene de la mano de representantes públicos. Han de tener en cuenta que el cumplimiento con esas normas de trato social también es obligatorio, que no se olviden de ello, pues de no ser así nos faltan al respeto a todos los demás.
Uno de los postulados básicos en los sistemas democráticos es “la libertad para todo”. Dicho así nadie estará en desacuerdo. Pero Juan Soldado sabe que hay que completar la frase con la fórmula “libertad para todo, cumpliendo las normas”.
Juan Soldado, como todos, tiene claro el concepto de “lo justo o lo injusto” también sobre lo “decente o indecente”. El hábito no hace al monje, y lo sabe; la corbata no hace decente a quien la porta pues ladrones y pederastas visten con ella, pero no por eso hay que descartarla. ¿Dónde está la decencia en el vestir? ¿Qué es esto que llamamos aspecto general? Juan Soldado tiene muy clara la respuesta.
Por muchos intentos de imponer nuevos cánones de urbanidad y de comportamiento, el respeto, a veces subjetivo, debe de imperar.
Echando un vistazo al panorama actual comprenderemos por qué Juan Soldado se plantea todo esto. Él comenta las formas no el fondo, pero todo llegará.foto2
 
Andrés Manrique.
Teniente (R)

No hay comentarios:

Publicar un comentario