sábado, 27 de febrero de 2016

'España se forja contra el Islam'

Serafín Fanjul, catedrático de estudios árabes

El autor de "La quimera de Al Ándalus" derriba el mito de las tres culturas y de la pretendida herencia musulmana en España, pero también de la Reconquista, que habría dado comienzo por "una hambruna".

Rafael Núñez Huesca
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“Podréis vosotros, amigos andaluces, gozar de la autonomía política que ahora deseáis. Porque sois nietos de los conquistadores cristianos, podréis vivir autónomos dentro de España”. Quien así hablaba era Claudio Sánchez Albornoz, ilustre historiador y ministro de la Segunda República Española. Hoy sus tesis sólo las recoge Serafín Fanjul, catedrático de estudios árabes. La mayor parte de sus colegas de profesión, y no digamos ya opinión pública, está en otras coordenadas: España, y en particular su mitad sur, sería heredera directa, de la cultura islámica. En lo cultural, pero también en lo genético. 


Serafín Fanjul es incorrecto. Conoce en profundidad el Islam, la lengua, la cultura y las sociedades islámicas. Y explica que” existen datos para creer que las ideas básicas de Mahoma se inspiran en los antiguos cristianos de Arabia, del Yemen y de lo que ahora es Jordania”. Fanjul cuenta que habían muchas tribus que eran cristianas - cristianos monofisitas-. Incluso, dice, “se llegó a considerar en algún momento al Islam como una secta derivada del Cristianismo”. Cuenta que hay estudios, publicados hace 60 años “y que hoy en día es imposible reeditar, porque lo matan al que se atreva”, que iban por ahí.

(El profesor Fanjul, en su casa, durante la entrevista)
¿Cuál es, profesor, el mensaje esencial del Islam?
El Islam es la sumisión a Dios. De hecho la palabra ‘Islam’ significa sumisión. 
Mahoma, al iniciar su predicación, encontró resistencias muy grandes entre sus vecinos de La Meca. Rompía sus creencias y tuvo mucho rechazo. La primera etapa de la revelación establece la sumisión a Dios, a Alá, junto con un principios fundamentalísimos. No hay más Dios que Alá y Mahoma es su enviado. Y si uno cree eso, ya es musulmán. No es necesaria siquiera la circuncisión, aunque se la hacen a casi todo el mundo.
¿Y ya está?
Hay, además, cinco normas de comportamiento que hacen que uno sea un buen musulmán: la profesión de Fe (no hay más Dios que Alá y Mahoma su profeta), la oración, el ayuno, la peregrinación a la Meca y la limosna legal.
Pues hasta el momento no difiere mucho del catolicismo. Excepto, quizá, la peregrinación.
Difiere en la encarnación de Dios en Jesús. A ellos les parece una enormidad eso de que Dios venga a hacerse hombre. Y también difiere en la virginidad de María. En la versión canónica oficial de los musulmanes, la limosna es más obligatoria, aunque en el Cristianismo ha existido tradicionalmente el diezmo. Y lo mismo piensa con el ayuno: en el Islam es un hábito social arraigadísimo que siguen incluso los que no creen, aquí apenas se hay ya abstinencia de carne.
¿Funciona la coacción social?
Absolutamente. La presión sobre el individuo que ejerce la sociedad islámica es enorme. Es el motivo por el que se retrocede a las prendas femeninas que estaban olvidadas. 
Mire, cuando yo vivía en el Cairo no habían mujeres veladas del todo, con la nicab, y ahora vas y se te cae el alma a los pies. Por eso los hombres se han dejado barba. En los 60 y 70 no había barbados. Es una regresión. Una forma de identificación. Y lo mismo ocurre con la señal, el cayo que se les hace en la frente de rezar: zibiba, que quiere decir “pasa”. Es otro indicio.
¿Qué ha pasado?, ¿por qué ha cambiado todo?
La infraestructura ideológica y cultural siempre estuvo, nunca fue erradicada o moderada, ni siquiera en Egipto, que tenía un régimen socialista y laico, el de Nasser y luego el de Sadat, aunque Sadat tenía la pasa, ¿eh? 
Eran sociedades contradictorias, con estructura de estado socialista, militaristas, con una suerte de capitalismo local que repartía bienes de manera arbitraria… pero el fanatismo de base siempre estuvo. Tenga usted en cuenta que las personas de diferentes creencias no podían tener relaciones más allá de lo superficial, no se podían casar con, por ejemplo, cristianos. Todo eso luego se ha exacerbado hasta la locura. La vestimenta ha sido sólo el factor más visible.
¿Palestina ha tenido que ver?, ¿ese conflicto enquistado?
Por supuesto, pero es solo una razón. Los intentos de democracias liberales que se hicieron en algunos países árabes como El Líbano o Egipto fueron un fracaso monumental que acabaron en un latrocinio generalizado. Fracasaron también los regímenes militares, muchas veces de partido único de tipo socialista, aunque en realidad eran tercermundistas neutrales. Se vio con la muerte de Nasser. 
¿Palestina? El fracaso de la Guerra del 67 contra Israel marcó, claro que marcó. Fue tremendo para Egipto y los países de alrededor tanto como fortaleció a Israel. Y se vio que los regímenes socialistas eran un fracaso, excepto en lugares como Irak, que subvencionaban con el petróleo, o Gadafi. Y es a finales de esa década que aparece el chiísmo de Jomeini en Irán, que no son árabes pero son musulmanes y son chiíes.
Una tormenta perfecta precipitó la aparición del fanatismo islamista.
Por un lado el hundimiento de las ideologías que habían venido de fuera: socialismo y liberalismo, junto con el surgimiento del Islam como solución. Y se van a los orígenes. Palestina tiene que ver, claro, sobre todo en lo sentimental: Siria, Libia, Jordania, Egipto, Irak… eso son los más concernidos. Y el tercer factor de tipo material: la subida del precio del petróleo a partir del 73, la toma del control del petróleo por parte de los países productores (aunque en Argelia ya estaba), es el caso de Arabia, Irak, Emiratos… estos crean sus propias empresas y refinerías, que antes estaban controladas por ingleses y americanos. Se hacen con unos recursos enormes que además les sirven para presionar estratégicamente al mundo. Les da una fuerza moral extraordinaria. Y para colmo, da la casualidad de que Arabia es el centro ideológico y sentimental de los musulmanes del mundo. El epicentro del Islam. Tienen un prestigio y un poder moral sobre el resto de naciones islámicas. 
La última razón es la demográfica, la llamada explosión demográfica.

(Ayatolá Jomeini)
¿En qué es superior la civilización islámica a la nuestra?
Hay una cosa que el Islam fomenta: la hermandad entre los miembros de la comunidad, el hecho de saberse miembros de un mismo grupo humano. Luego, es cierto, se matan de una manera terrible, pero por lo general hay un sentido de solidaridad que nos vendría muy bien aquí y que posiblemente tuvimos. Quizá tiene que ver con que son sociedades poco desarrolladas, que no son sociedades postindstruales y tienen un desarrollo cultural muy deficiente. Quizá tenga que ver también con eso. Ellos tienen sentido de la identidad. Y ese sentido de la identidad está funcionando en toda esta confrontación cuyo resultado último es el terrorismo. El apoyo moral que hay a los terroristas en los países musulmanes es mucho mayor de lo que nos creemos.
La identidad. Nos han hecho creer que eso de la identidad es intrínsecamente malo.
No lo es. Es solidaridad y conciencia de la propia sociedad. Eso es bastante envidiable y nosotros, los occidentales lo hemos perdido. Bueno, ya el caso de los españoles es el colmo. No valoramos lo bueno que tenemos. 
Ahora, también le digo que, globalmente, nuestra cultura es superior a la de los países islámicos. En lo relativo al desarrollo económico y técnico, muy superiores.
Eso, lo técnico y lo económico, es objetivo ¿pero podemos presumir de ser superiores en lo moral?
En tanto que defendemos la libertad y el derecho del ser humano a ser considerado igual, sí. En ese sentido sí tenemos esa superioridad moral.

España y el Islam

Dicen que somos el único territorio que una vez fue islamizado y que volvió a recuperar su religión original.
No es cierto, ¿y Sicilia?, ¿y los Balcanes, donde el Islam tuvo un retroceso muy grande? Ocurrió lo mismo que en España Y el caso de Grecia es muy evidente, con su guerra de la independencia contra Turquía a principios del XIX. O la India, donde la resistencia terminó con la partición del país en dos: Paquistán y la India.
¿Y por qué es solo el nuestro el reivindicado?
Es que no es sólo el nuestro. Eso es lo que nos cuentan aquí.
¿También se reclaman partes de Grecia, Serbia…?
Se reclama todo. Hasta el sur de Italia, que también tuvo un tiempo de ocupación musulmana.
¿Entonces no es Al Ándalus un icono sentimental del islamismo?
Sí, pero es una metáfora por Palestina. La tierra perdida, la tierra recobrada. ¿Diferencias? Palestina tiene una continuidad geográfica con Libia, con Siria, Líbano y Jordania; Al Ándalus no, Al Ándalus tiene un mar de por medio.
Ocho siglos de Islam. El discurso imperante dice que tuvo una influencia determinante en la identidad española.
Lo sé. Yo he escrito dos libros -“Al Ándalus contra España” y “La quimera de Al Ándalus”- procurando derribar ese mito, pero estoy bastante solo. Mis colegas dicen lo contrario, aunque luego en privado confiesan que no lo tienen claro. 
Al Ándalus no fue un paraíso, allí había tres religiones, no tres culturas. Culturas había dos, la musulmana y la cristiana, y reducían la cultura jurídica a los usos litúrgicos sinagogales. Estaban las tres comunidades asiladas unas de otras y vivían en un régimen de apartheid. Había morerías y juderías. Incluso tenían reservados ciertos oficios y otros los tenían prohibidos. Los matrimonios mixtos estaban prohibidísimos, aunque había excepciones, es cierto. 
En definitiva, no había fusión cultural, no hubo convivencia ejemplar. En el siglo IX, por ejemplo, en Córdoba, hubo una persecución de cristianos durísima con centenares de cabezas cortadas.
¿Hubo un cruce étnico? 
De las mujeres cristianas con los musulmanes, sí. La mujer no tenía valor social y los hijos salían musulmanes, se acababan haciendo musulmanas. En cualquier caso, aportación racial hubo muy poca: en el siglo VIII llegaron en total unos 100.000 árabes y bereberes, de los cuales ni siquiera todos se quedaron.
¿Y aquí cuántos éramos?
Cuatro millones. La proporción, por tanto, era de un árabe por cada cuarenta cristianos.
Mire, el fenotipo español, que tanto se parece al italiano, está más o menos estabilizado desde la época de la conquista romana. Son cosas que la gente no sabe. Usted (me señala) en Italia no abre la boca y nadie le dirá que es usted es español. Son cosas que Sánchez Albornoz explicó por activa y por pasiva y nadie le hacía caso.
Entonces, ¿ese tópico de que en Andalucía son más morenos…?
¡Eso es mentira, es una tontería! Mire, en Andalucía occidental huno una repoblación masiva de cristianos desde el siglo XIII. A partir del siglo XIII, cuando se produce la Reconquista del Valle del Guadalquivir, la población musulmana de esa zona salió. Voluntariamente o porque los echaron, pero salió. Y llegó gente de Cataluña, asturianos, gallegos, francos. En Camas, por ejemplo, se establecieron cien ballesteros catalanes que puso Fernando III.
Y en Andalucía oriental, a mitad del XVI expulsaron a los moriscos hacia Badajoz, Ciudad Real, Toledo. Los 300.000 moriscos del reino de Granada que había a finales del siglo XV fueron diluidos por el resto de España, si bien es cierto que una parte se quedó. Con la expulsión de 1609 se les expulsa a África y se repueblan otra vez las Alpujarras, Málaga, Almería. Por eso Almería ha sido hasta hace muy poco una provincia muy despoblada. 
En Andalucía, a parte de la repoblación del siglo XIII y la la expulsión de los moriscos, la minería hizo de polo de atracción de leoneses, asturianos y gallegos. Y qué decir de la trashumancia, que iba del sur de Asturias hasta Huelva y era otro movimiento de gente enorme. La población española es sumamente homogénea, incluidos, por cierto, los catalanes. 
¿Usted no ha visto en Sevilla y en Málaga la cantidad de niñas rubias que hay? ¡Pero cantidades! Usted coge una clase de primaria de niñas malagueñas resulta que de diez niñas, tres o cuatro son rubias.
¿Y los topónimos? Yo soy de Alcoy.
Eso es otra cosa. Pero no se pueden sacar conclusiones sobre el asunto racial basándonos en la toponimia.
¿Y las gastronomía? Hablan del turrón. E incluso del flamenco como un baile de origen árabe o bereber. 
Pues le diré que el flamenco no tiene que ver con cantes árabes y que el turrón no es un invento de los moros, viene del Mediterráneo, de Grecia, de aquella zona. Hablo de la técnica. Mire, la gastronomía depende mucho de los alimentos del lugar. Es verdad que el consumo de aceita se debe a la influencia árabe del sureste y el sur. La generalización de su uso, digo, porque el aceite ya lo sacaban los romanos y los griegos. Y el olivo es una planta autóctona de España.
¿Y el léxico? Usamos palabras de origen árabe.
Hay unos 850 étimos, o sea palabras de origen con sus derivados. Por ejemplo de rebato, arrebatar. Con eso salen unas tres mil palabras. A esos se les pueden añadir unos dos mil topónimos repartidos por Levante, Andalucía, Cataluña y Aragón. La única provincia que no tiene topónimos árabes es Guipúzcoa. Los hay hasta en La Coruña. Pero que haya un topónimo árabe en La Coruña no significa que allí hubiera árabes, significa que los mozárabes huidos de Al Ándalus se establecían en varios sitios por el norte. Y a veces ponían estos nombres. Benazolbe es claramente un topónimo mozárabe, cristianos huidos a León que se llevan su nombre. “Hijos del fuerte”, significaba. Así les denominaban en Al Ándalus. Y cuando avanza la Reconquista los cristianos del Sur que huyen se van recolocando por el norte, aunque no siempre pusieron nombres árabes, claro.

De modo que no son tantas las palabras que heredamos de ellos.
No. El factor más volátil dentro de toda lengua es el léxico. En el siglo XIII, que es en el que más léxico árabe hay en la literatura castellana, es el 0,5% del total del léxico empleado. Y se va reduciendo paulatinamente. Hay que reconocer que, eufónicamente están muy bien conseguidas: Almuñécar, Guarromán o alfanje son palabras hermosas.
Y después de tanto tiempo de convivencia, ¿qué piensan ellos de nosotros? 
Hasta hace 25 años había una actitud entre la retórica y la nostalgia, amistosa en la media en que pensaban que éramos una prolongación de ellos. Cuando se les dice que eso no es así, la cosa cambia. Todo ha cambiado con la ofensiva del islamismo en Europa y Occidente. Ahora ya no es actitud de nostalgia sino de reivindicación violenta, en el caso de los terroristas, y de reivindicación enloquecida por parte del común de los musulmanes.
¿España se configura contra el Islam?
Sí, es la tesis de Sánchez Albornoz y creo que en grandísima medida es cierta. Contra el Islam se ve la necesidad de la unificación. España se forja nacionalmente contra el Islam.
Y se apela a la Hispania goda, a un recuerdo idealizado de los godos. 
Es cierto que ocurre en el reino asturleonés y se fija esa nostalgia goda porque necesitan una agarradera moral y jurídica a la que sujetarse. Sacan la continuidad entre el reino visigodo de Toledo y el reino que están forjando. Sobre todo Alfonso II y Alfonso III, y hay varias crónicas en los que se reivindica aquello. Y se pone de moda el goticismo. Se pone de moda volver a los godos. Había una corriente goticista, es fuerte y se ve en la onomástica. Hubo un momento en que llegaron a predominar los nombres germánicos como Fernando Arnaldo, sobre los latinos.
Le he leído que la Reconquista no empieza por el pundonor de Pelayo y sus huestes cristianas sino por algo mucho más prosaico: el hambre. 
Claro.
Los musulmanes retroceden por una hambruna.
Sí. En el 738 o 740. La poquísima población musulmana que habían llegado a Asturias y a Galicia se va porque no tiene que comer. En realidad la Reconquista no fue una sucesión de grandes batallas. Grandes batallas hubo pocas.
Entonces, ¿qué movía a esa gente a seguir batallando generación tras generación durante ocho siglos?
La necesidad de subsistir.
Pero subsistían igual sin tener que ir al sur. 
El pillaje explica muchas cosas. Una economía de guerra, que se dio en Aragón y en Castilla, basada en el botín sobre los vencidos. Tomabas Sigüenza a los moros que había allí y te quedabas con sus ovejas, con su cosecha y a lo mejor hasta con su mujer.
Además de ganar la península para el Cruz, ¿en qué mas ocasiones España salva al Cristianismo del Islam?
Esa expresión de “salvar” es muy retórica. Durante el siglo XVI y XVII en la confrontación con los turcos, España corta el avance de los turcos en Lepanto. Y estableció bases y ciudades presidio en la costra del norte de África que también sirvieron de freno. Alhucemas, Peñón de Vélez, Orán, Melilla… Se llega incluso a conquistar Túnez. En realidad toda la política española en el Mediterráneo va dirigida a contener el avance turco y a consolidar el dominio de España sobre el sur de Italia y sobre Sicilia.
¿Es cierto que la expulsión de los moriscos en Granada perjudicó la economía?
Otro mito infumable. Es una exageración. Primero se achaca el hundimiento de España a la expulsión de los judíos. Bueno, eso es en 1492… pues resulta que la hegemonía española es después de 1492, no tiene nada que ver. Y en el caso de los moriscos, igual. Los moriscos de Granada no tenían oficios con peso económico.
¿No eran agricultores?
No de agricultura extensiva. Las mejores tierras las tenían los cristianos viejos desde la época de Jaime I en el siglo XIII y XIV.
Y todos estos de los que hablamos, ¿eran españoles?
Esta es otra de los cuestiones divertidas. Para que una persona sea o no miembro de una comunidad humana determinada tiene que tener los rasgos colectivos culturales que la caracterizan. Y no era el caso. Y segundo, ¡tiene que querer pertenecer a ella! Y tampoco era el caso. Los moriscos, que ya tenían una idea de la lengua castellana o valenciana, tenían una decidida voluntad de no ser españoles y odiaban a la comunidad mayoritaria. Se fugaban en masa de noche a África. ¡Pueblos enteros! Rompían los sagrarios, las imágenes y se montaban en un barco turco rumbo a Argelia con algún cristiano que luego vendían como esclavo. Eso ocurrió muchas veces en la costa de Granada, Almería, Murcia, Alicante y Valencia. Hasta de Barcelona. Odiaban a muerte a los españoles de su época. Y con razón ¿Cómo se iban a sentir españoles unos tipos a los que se marginaba por no pertenecer a la comunidad mayoritaria? No les hago reproche un moral en ese sentido.

Internacional

Fanjul denuncia la ignorancia que sobre el caso francés existe en España y en el mundo: “hay unos conflictos grandísimos”. Cuenta que cuando lo de Charlie Ebdo se ofreció una imagen de la Francia monolítica que hacía piña junto a su Gobierno “que no era del todo real”. La realidad, dice Serafín Fanjul, “es que había una corriente de entreguismo hacia los musulmanes en una parte muy importante de la izquierda francesa”. Habla de cómo Valls y Hollande “decían que no había que criminalizar a los musulmanes” y de cómo una parte importante de la izquierda “se burlaba incluso de la Marsellesa”. “Una cosa parecida a lo que ocurre aquí -dice-, aunque no tan acusado”.
He leído que hay países musulmanes en los que el apoyo al terrorismo es mayoritario, por ejemplo Marruecos, ¿usted lo cree?
Posiblemente sí. Pero son encuestas que no se quieren difundir aquí. Incluso entre las poblaciones musulmanas de Europa… habría que analizar bien qué piensan sobre el terrorismo.
¿Cómo se explica que los principales aliados de EEUU -Emiratos Árabes, Kuwait, Arabia Saudita- sean, precisamente, los que estén financiando a los terroristas? 
No es nada raro. Siguen una doble política y una doble moral. La historia está llena de ejemplos.
¿Y cómo lo tolera el imperio?
No le queda más remedio. Hay mucho dinero invertido. La financiación de los terroristas, de todas formas, se hace a través de particulares. Y a través de Turquía.
Turquía, otro liado de los EEUU.
Lo de Turquía es muy contradictoria pero muy real. Turquía tiene la historia del militarismo laico, que no es antimusulmán pero sí ha venido manteniendo la situación tranquila hasta ahora. Los EEUU no quieren perder su situación hegemónica en la región, pero lo cierto es que los turcos no ayudan nada.
¿Qué supusieron las primaveras árabes?
Nada. Lo único que se destapó fue que hay un sustrato de fanatismo islámico que estaba vivo y que utilizó a unos memos que creían que iban a cambiar el mundo. Estos sacaron tres o cuatro diputados y los islamistas arrasaron.
¿Hoy estamos peor que antes de aquellas primaveras?
Pues han echado abajo algunas dictaduras, han impuesto regímenes de Estado fallido, teocráticos… sin primaveras Sadam Hussein seguiría vivo y no habría surgido el Estado Islámico, eso es seguro.
Entonces estamos peor. 
En su momento parecía bueno que echaran abajo el régimen de Sadam, pero ahora pienso que fue un error. Sadam los tenía sujetos, tenía contenidos a los iraníes y a su propia gente agarrada, ¿pero cómo la tenía agarrada? De una manera salvaje. ¿Qué ocurre? Que cuando se quita a ese salvaje, los salvajes que están debajo de él salen y hacen lo mismo, pero de un modo más terrible aún.
Y luego vino Libia, y luego vino Egipto. En Egipto, por ejemplo, no hubo más remedio que permitir el golpe de Estado militar porque sino aquello hubiera terminado fatal. Hubiera sido una dictadura islámica del estilo de Arabia Saudí. Y si Egipto se hubiera convertido en dictadura islámica, con su influencia y su posición geográfica, hubiera sido un verdadero desastre para la región y para el mundo.

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