Armada Española: el submarino S-80 supera la fase de diseño
Publicado por Esteban Villarejo el feb 25, 2016
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Sin embargo, como cualquier proyecto tecnológico de tal envergadura, la construcción del S-80 no ha estado exenta de problemas, que ya parecen haberse corregido tras el asesoramiento en el proyecto de la estadounidense General Dynamics Electric Boat.
«El S-80 ya flota», nos informan fuentes militares conocedoras del proyecto. Claro está en un sentido figurado pues el submarino nunca se hundió como tal sino que se detectó el sobrepeso sobre planos y simulaciones.
El primero en botarse no sería el «Isaac Peral» (S-81) sino el S-81 Plus te as haberse subsanado los errores de cálculo que aparecieron en su construcción e impedían precisamente que el submarino flotase. (En imagen superior una recreación facilitada por Navantia de cómo quedaría finalmente el submarino de la clase S-80).
No es baladí el dato, pues la construcción del nuevo submarino español -cuya propulsión se basa en el novedoso Sistema de Propulsión Anaerobio (AIP), capaz de ejecutar inmersiones durante largos períodos de tiempo- fue detenida a principios de 2013 al detectarse que el primer buque de la serie, el «Isaac Peral» S-81, tenía un sobhrepeso de 75 a 100 toneladas para su longitud: «Desviaciones relacionadas con el balance de pesos».
Este hecho ha motivado que debiera prolongarse la vida útil de los actuales tres submarinos de la Armada: el «Galerna» (S-71), el «Mistral» (S-73) y el «Tramontana» (S-74) mediante la realización de una 5ª Gran Carena. El cuarto submarino de la clase S-70, el «Siroco» (S-72), fue dado de baja precisamente porque la Armada Española pensaba que iba a recibir la primera unidad del S-80 este mismo año.
¿Cómo es el nuevo submarino que surge tras la corrección del sobrepeso? En este asunto, por ahora, hay secretismo.
En principio, tal y como informa aún la Armada Española en su página web el proyecto inicial estimaba su eslora en 71 metros, un diámetro de 7,3 m., 2.400 toneladas de desplazamiento en inmersión, con una dotación total de 40 marinos.
Habrá que ver en qué medida se mantienen estas características y algunas otras esperadas por la Armada como su velocidad a cuatro nudos sumergido y cargando el AIP, el sistema de escotilla que permite a un equipo de operaciones especiales salir a la superficie y actuar o la posibilidad, si se tomase la decisión política en el futuro, de armarlos con misiles Tomahawk.
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