jueves, 10 de diciembre de 2015

NO SÉ A QUIÉN VOTAR (General de División Rafael Dávila Álvarez)

 


la-fuerza-de-rodin¿A quién vas a votar? Me lo han preguntado en varias ocasiones, en distintas situaciones y ambientes sociales. Como es lógico, alguno de ellos militar. Hablamos y casi siempre llegamos a las mismas conclusiones.
Hay que votar. Un deporte sin continuidad y sin seguridad alguna en sus resultados. Nunca sabes sus beneficios porque el cuadro médico, instituciones necesarias y moderadoras, no investiga lo suficiente. Ahora quieren que votemos a cuatro bandas. Lo que hay en juego es mucho. Tanto o más que en la Transición. Entonces nadie quería experimentos que le explotasen en las manos ¿No estaremos ahora ante la verdadera transición?
imagenAlgo se vislumbra. Envejecidos, aburridos y cansados. Quizá también un poco hartos. Una mezcla de todo ello hace que estas parezcan, no lo serán, unas elecciones distintas. Lo viejo, que no era tan malo, quieren que desaparezca, pero renace más de lo mismo, con otros nombres, intentando aparentar distintas actitudes. Parecen lo que no son. No son lo que deberían ser. Un análisis fino y profundo los desmonta del caballo ganador, uno a uno. Dicen lo que no saben, o saben poco, y no saben lo que dicen. Se trata del juego del ‹‹y tú más››. En juego la unidad de España, la Constitución. La independencia de Cataluña en un depende sin salida. Expectante. Todo parece expectante. Incluso, o la primera, la justicia.
España cuenta con una población cada vez más envejecida. No solo por los años. También en las ilusiones. La transición mejor olvidarla; dicen que se les ha hecho vieja, como nosotros. Buscan juventud y novedades. Pero somos mayoría y tradicionales. Parece que el juego de opciones esta vez es el de las cuatro esquinitas. El orden de antigüedad es:
44-43-37-36. La que ocupaba una de las esquinas, la derecha según se mira -44- iba en ‹‹nombre de››. Su candidato -60- parece temporal y pertenece a aquella otra transición. Entre 60 y 80 años hay millones de votos. Son la mayoría aplastante, la de la incertidumbre. Los que hicieron la transición.Y nos son muñecos de trapo que se enseña a los nietos. Son la fuerza del sacrificio, los que han aguantado esta crisis y han mantenido la esperanza de los desesperanzados.Quien-ha-ganado-el-debate-a-cuatro
Hay que votar. Quieren que sea a cuatro bandas, a las cuatro esquinas… Con la juventud y su estética como bandera. Pero lo que buscamos es la ética.
Lo militar ¡uf!, a casi nadie le interesa. Pero son también miles de votos. Jóvenes y viejos. Los políticos creen conocer el sentimiento militar. Algunos incluso alistan en sus listas a los que creen conocer. Una cosa es la frivolidad y otra España. Una cosa es un amiguete y otra un soldado. Muchos confunden una cosa con la otra. Pero cuando se es y se está como soldado no hay más amistad que el cumplimiento del deber. En todos los ámbitos y a cualquier edad.
Los políticos que llegan al ministerio de defensa enseguida descubren la disciplina, la excelencia y la rigurosidad de los soldados. ¡Capitán mande firmes!, es lo primero que aprenden. Se lo suele enseñar algún uniformado. Dejemos el tema para otra ocasión.
¡Hay tantos temas pendientes y sin resolver! Tantos asesores que buscan las puertas giratorias. Cada uno se inventa una ley que solo logra desestabilizar a soldados y familias. Son demasiados años de desconcierto.
Leyes incompletas e innecesarias. Han creado polémica, recelos internos y han truncado la esperanza de miles de soldados.
736502_1Indefinición de nuestra misión. De lo que somos y hacemos, para qué nos formamos. ¿Somos combatientes, soldados o simplemente estamos para pacificación, estabilidad, ayuda humanitaria, repartir juguetes y dar clases de español? El legendario soldado español, su épica figura, ya no la representa el legionario. Ha sido ocupada por unidades de discutible inserción en el mundo de lo militar y más apropiadas para la protección civil.
Ya hemos dicho en más de una ocasión que la mano que se esconde después de tirar la piedra cambió las Reales Ordenanzas propuestas por los ejércitos e hizo desaparecer la palabra guerra. Y otros conceptos de tradición y sentimiento.
Nuestros soldados van a la guerra o a donde les manden pero a la gran mayoría, después de esos años de servicio y sacrificio, les mandan al paro sin que nadie haya afrontado seriamente este problema.images
¡Hay tantos temas pendientes y sin resolver! Sin debate intelectual, con anulación absoluta del pensamiento militar, de la libertad de expresión en foros intelectuales. El derroche, con desprecio de sus capacidades, del elemento humano sin obtener un rendimiento a su experiencia y conocimientos. Sin fomentar ni compartir el concepto de Defensa, escondidos y solo ofreciendo imágenes buenistas y alejadas de lo que es su formación y cometidos.
Hay que votar. A quién votar forma parte de la intimidad de cada uno. A quién no votar lo tengo muy claro.
El combate ha empezado.
En la milicia antes de emprender un combate hay que asegurarse el éxito. La derrota suele llegar por propia culpa, la victoria por culpa del enemigo. Hay que tener muy claro lo que hay que temer o desear, cuando avanzar o retroceder y acudir al combate cuando se es el más fuerte. Hay que ser el primero en atacar o, si se está en inferioridad, ampararse en la defensiva. Eso es así desde Sun Tzu. No lo olviden los de las cuatro esquinitas y menos olviden que después de una derrota suelen oírse los arrepentimientos: ‹‹Hubiésemos sido invencibles si hubiésemos estado unidos, pero alguien sembró la división››.
La desunión es el mayor enemigo en tus filas y el camino seguro hacia la derrota. Unidad no significa que todos pensemos o queramos lo mismo. Significa que todos nos respetemos y respetemos la norma que entre todos nos hemos dado: la Ley.
14205686-symbol-of-law-and-justice-law-and-justice-concept-focus-on-the-scalesPero no solo cumplirla. Algunos además tienen el sagrado deber de hacerla cumplir.
Los mayores, aquellos de la transición, cuentan; los soldados, aquellos y los de ahora, también.
¿A quién vas a votar? Por ahora solo sé que:
‹‹Hubiésemos sido invencibles si hubiésemos estado unidos››.

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