Defensa adjudica el vehículo 8×8 a General Dynamics, Indra y Sapa
Publicado por Esteban Villarejo el dic 6, 2015
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El contrato de I+D+i tiene un valor de 89,2 millones de euros y tiene como objetivo la construcción de cinco vehículos prototipos durante tres años (2016-2018) que sirvan para desarrollar un modelo final de vehículo blindado de infantería de ocho ruedas, que equipará al Ejército de Tierra y podrá ser exportado con tecnología íntegramente española.
Tras un periodo de cuatro meses en los que el Ministerio de Defensa valoró otras dos ofertas de plataformistas de la italiana Iveco y la finlandesa Patria, la oferta ganadora resultó el vehículo Piranha 5 de General Dynamics-Santa Bárbara Sistemas.
Esta filial española de la empresa estadounidense General Dynamics contará con la tecnología de Indra y Sapa para poner en común un proyecto clave para la futura transformación del Ejército, con unidades cada vez más ágiles y despliegues más rápidos en zona de operaciones
La multinacional Indra, con sede en Madrid, aportará su conocimiento en electrónica y comunicaciones en el área de Defensa, mientras que la guipuzcoana Sapa será la encargada de desarrollar su sistema motopropulsor y transmisión.
El denominado programa «VCR 8×8» es un viejo proyecto del Ejército de Tierra que data de 2007 y resucitado durante el tramo final de la legislatura para sustituir a los vehículos BMR (Blindado Medio Ruedas porta personal 6×6) más vulnerables a las amenazas de los conflictos asimétricos como se experimentó en Afganistán.
A partir del contrato de 89,2 millones -la recién creada UTE se encuentra a la espera del convenio de financiación con el Ministerio de Industria,maque tiene dicha postestad- se construirán cinco prototipos para experimentar en diferentes tecnologías que se incorporarán al vehículo final, que se construirá en las fábricas de General Dynamics-Santa Bárbara Sistemas en Asturias y Sevilla.
Esas cinco tecnologías o prototipos son: 1. El incremento de seguridad, con un proyecto de detección de disparos por infrarrojos o sonido que activaría un blindaje activo ante lanzagranadas, por ejemplo; 2. Conciencia situacional, con la instalación de cámaras de visión que permitan a la tripulación ser conscientes del entorno que les rodea; 3. Observador avanzado, con una pértiga que recoge información visual a larga distancia; 4. Mando, control y comunicaciones; 5. Nuevas tecnologías de motopropulsión y eficiencia energética.
La modalidad de UTE para el proyecto del vehículo blindado 8×8 es en cierto modo novedosa en el ámbito de Defensa. De este modo el Ministerio ha querido sentar las bases para que empresas españolas del sector vayan de la mano en proyectos concretos desde su fase de I+D+i. Además permitirá la exportación sin depender de otro país o empresa internacional de Defensa.
Otras empresas españolas del sector participarán en el proyecto como subcontratistas de la UTE, informan fuentes cercanas al proyecto del vehículo 8×8. De este modo, se inicia un nuevo ciclo inversor en el ámbito de la industria de Defensa diferente al habitual de encargo por unidades y con tecnología de otros países (fundamentalmente estadounidense como era el caso del sistema de combate de los buques de guerra, por ejemplo) o la compra directa a empresas extranjeras.
Tras los tres años de investigación y tras probar los cinco prototipos se licitarán el número de unidades necesarias acorde a las necesidades que estipule el Estado Mayor de la Defensa. Fuentes del sector hablan de una posible necesidad entre 350 y 400 vehículos, con unos costes entre 1.000 y 1.500 millones de euros. El Ejército de Tierra espera tener plenamente operativo el nuevo vehículo 8×8 en 2018.
TAMBIÉN LAS FRAGATAS F-110 CON NAVANTIA E INDRA
La fórmula de UTE también será utilizada por el Ministerio de Defensa para adjudicar el proyecto tecnológico de las nuevas fragatas de la Armada Española, las F-110 que sustituirán a la clase F-80 «Santa María».
De este modo, Navantia e Indra conformarán también una Unión Temporal de Empresas para un proyecto tecnológico de I+D+i de 135,3 millones de euros. El objetivo es contar con un buque de guerra de dimensiones intermedias entre las actuales F-100 y los Buques de Acción Marítima, con mayor versatilidad para las misiones. La primera parte del contrato tecnológico irá destinada al desarrollo del mástil integrado de sensores y sistema de combate netamente español, el Scomba F-110.
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