La travesía de hasta 20.000 kilómetros que recorre el atún de lata hasta la mesa
Los supermercados e hipermercados aprietan cada vez más para conseguir precios competitivos en las latas, comprendidas como una commodity para el consumidor español.
El atún de lata es uno de los alimentos más socorridos y presentes en todas las cocinas, especialmente en España, un país que lidera la producción, comercialización y consumo de este alimento que, sin embargo, se pesca poco en aguas nacionales y mucho allende los mares, en las aguas mucho más cálidas y tropicales de Sudamérica, África y el Índico. El atún de lata que comemos está envasado en su mayoría en Galicia, aunque también se importan conservas ya enlatadas en los países de origen por la propia industria. Ecuador, Costa de Marfil, Seychelles... el atún de la ensalada podría incluso haber sido pescado a 20.000 kilómetros de nuestras costas si por ejemplo viniera de las islas del Pacífico, siempre a bordo de gigantescos buques congelador. Una de las batallas de los armadores consiste en precisamente eso: que la lata indique dónde se ha pescado para aportar más transparencia, algo por lo que la industria no tiene especial interés.
España y Francia tienen las mayores y únicas flotas de relevancia europeas, flotas que deben competir principalmente con las sudasiáticas, que en los últimos años tratan de ganarse a la industria europea y americana amparándose, según aseguran los armadores vascos y gallegos, "en condiciones de esclavismo". Países emergentes asiáticos quieren también su parte del pastel que hasta ahora no han olido, lo cual amenaza la actividad actual de la flota española
Como en casi todos los sectores agroalimentarios, la marca blanca ha influido y sobre todo la presión de los supermercados por usar la lata de atún como 'commodity' y uno de los pocos alimentos con capacidad de 'enganchar' al consumidor (al igual que aceite de oliva, vino). Mercadona y su marca Hacendado enlatada en Galicia tiene, aseguran, una penetración espectacular en los hogares españoles.
"Somos una flota puntera que competimos bien y pagamos bien, en los últimos años ha habido muchos armadores que han cesado actividad pero los que quedamos somos fuertes, con inversiones millonarias en barcos que tienen la última tecnología", dice Julio Morón, biólogo y gerente del lobby atunero de grandes barcos congeladores. Su discurso es el de un amante del mar y conocedor de su flora y fauna, que debe defender continuamente el respeto por el medio ambiente de sus actividades, muy criticadas por los ecologistas por ser agresivas y arrastrar otras especies aparte del atún.
Largas estancias a miles de km
En este cuadro elaborado por los armadores, se observa la actividad de la flota y los principales puertos y especies capturadas.
España es el segundo país mundial en conservas de atún tras Tailandia, liderando con mucho la producción europea según el Ministerio. En esta clasificación los primeros puestos no pertenecen a pontencias occidentales sino que se los llevan Ecuador, Irán, Indonesia o Filipinas, todos ellos países de mano de obra mucho más barata que la española. En nuestro país las exportaciones del producto preparado son cuantiosas con envasadoras como "Jealsa Rianxeira, Frinsa del Noroeste, Grupo Calvo, Grupo Garavilla, Salica, Hijos de Carlos Albo, Consorcio Español Conservero y Conservas Antonio Alonso", en palabras de la propia industria manufacturera. Estas industrias buscan cada vez precios más competitivos y por ello los buques asiáticos tienen cada vez mayor penetración en la industria española.
Libre mercado frente al proteccionismo
Como ocurre en otros sectores agrícolas como la leche, la presión de super e hipermercados y de la industria por tener un producto competitivo que se venda mejor y atraiga público choca con el sector primario. El consumidor ha demostrado una y mil veces que opta por el precio más barato sin importarle tanto otros conceptos como la sostenibilidad. Javier Garat, el secretario general de Cepesca, opina que "la sociedad española no puede permitirse consumir atún de bajo precio para satisfacer la presión comercial de las grandes superficies, a cambio de pesca ilegal y hasta prácticas de esclavismo laboral".
El consumo de atún, promovido por las autoridades por sus buenas propiedades, alcanza en España los 2,6 kilos por habitante y año, superando con ello el kilo y medio que se consume en Europa. El precio medio del kilo para el comprador final ronda los 9 euros.
España y Francia tienen las mayores y únicas flotas de relevancia europeas, flotas que deben competir principalmente con las sudasiáticas, que en los últimos años tratan de ganarse a la industria europea y americana amparándose, según aseguran los armadores vascos y gallegos, "en condiciones de esclavismo". Países emergentes asiáticos quieren también su parte del pastel que hasta ahora no han olido, lo cual amenaza la actividad actual de la flota española
Como en casi todos los sectores agroalimentarios, la marca blanca ha influido y sobre todo la presión de los supermercados por usar la lata de atún como 'commodity' y uno de los pocos alimentos con capacidad de 'enganchar' al consumidor (al igual que aceite de oliva, vino). Mercadona y su marca Hacendado enlatada en Galicia tiene, aseguran, una penetración espectacular en los hogares españoles.
"Somos una flota puntera que competimos bien y pagamos bien, en los últimos años ha habido muchos armadores que han cesado actividad pero los que quedamos somos fuertes, con inversiones millonarias en barcos que tienen la última tecnología", dice Julio Morón, biólogo y gerente del lobby atunero de grandes barcos congeladores. Su discurso es el de un amante del mar y conocedor de su flora y fauna, que debe defender continuamente el respeto por el medio ambiente de sus actividades, muy criticadas por los ecologistas por ser agresivas y arrastrar otras especies aparte del atún.
Largas estancias a miles de km
En este cuadro elaborado por los armadores, se observa la actividad de la flota y los principales puertos y especies capturadas.
España es el segundo país mundial en conservas de atún tras Tailandia, liderando con mucho la producción europea según el Ministerio. En esta clasificación los primeros puestos no pertenecen a pontencias occidentales sino que se los llevan Ecuador, Irán, Indonesia o Filipinas, todos ellos países de mano de obra mucho más barata que la española. En nuestro país las exportaciones del producto preparado son cuantiosas con envasadoras como "Jealsa Rianxeira, Frinsa del Noroeste, Grupo Calvo, Grupo Garavilla, Salica, Hijos de Carlos Albo, Consorcio Español Conservero y Conservas Antonio Alonso", en palabras de la propia industria manufacturera. Estas industrias buscan cada vez precios más competitivos y por ello los buques asiáticos tienen cada vez mayor penetración en la industria española.
Los emergentes quieren participar de la tarta y en los próximos años el número de barcos atuneros aumentará casi un 30%Los armadores creen que en 5 años los barcos atuneros globales subirán desde los 650 actuales hasta los 800, lo cual pone en peligro la pervivencia de las especies que capturan. Juan Pablo Rodríguez-Sahagún, gerente del lobby de armadores de buques atuneros, carga las tintas sobre la flota palangrera asiática "que no está controlada porque los transbordos que realiza en alta mar facilitan el blanqueo de capturas". El palangre es una técnica de pesca que se utiliza en aguas de mucho fondo y que consiste en una cuerda de la que penden muchos anzuelos.
Libre mercado frente al proteccionismo
Como ocurre en otros sectores agrícolas como la leche, la presión de super e hipermercados y de la industria por tener un producto competitivo que se venda mejor y atraiga público choca con el sector primario. El consumidor ha demostrado una y mil veces que opta por el precio más barato sin importarle tanto otros conceptos como la sostenibilidad. Javier Garat, el secretario general de Cepesca, opina que "la sociedad española no puede permitirse consumir atún de bajo precio para satisfacer la presión comercial de las grandes superficies, a cambio de pesca ilegal y hasta prácticas de esclavismo laboral".
El consumo de atún, promovido por las autoridades por sus buenas propiedades, alcanza en España los 2,6 kilos por habitante y año, superando con ello el kilo y medio que se consume en Europa. El precio medio del kilo para el comprador final ronda los 9 euros.
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