2015-2016. AÑO VIEJO. AÑO NUEVO (Equipo del blog)
Nunca es el final ni tampoco el principio. La continuidad la marca el movimiento que siempre arrastra a quien se detiene. Adiós al 2015, complicado y con claros síntomas de descomposición.
Iniciamos el 2016. No hay tiempo para lamentaciones. Hay que luchar por lo que cada uno ha convertido su vida. Hay que huir de la tentación a la que sucumbe el individuo instalado en ese plano que le hace capaz de sacrificar el fin que persigue por el aplauso momentáneo.
No cesa el peligro porque la oportunidad se ofrece con descaro a los embaucadores. El 2016 se presenta con síntomas tan preocupantes como los que deja 2015. Una palabra lo define: incertidumbre.
Demos una oportunidad a la esperanza y para evitar ser arrollados por el desasosiego, la desidia o la indolencia, no abandonemos nuestro camino, nuestra lucha contra cualquier síntoma de descomposición.
Hemos resumido nuestro quehacer de este año en el blog eligiendo cinco artículos. Uno de ellos es común y compartido: Por España. Todo por España. Los otros han sido elegidos por voluntad de cada uno de los autores. Son la preocupación constante de estos viejos soldados que esperan seguir contando con su audiencia. España y ustedes son lo único que nos mantiene abriendo brecha en las alambradas. Ahí nos movemos mejor que en las trincheras. El próximo día 26 de enero expondremos en el Centro Cultural de los Ejércitos (Gran Vía 13 Madrid) cuales son nuestros proyectos e ilusiones. Están todos invitados.
Nada termina ni nada empieza. Todo es lucha y sacrificio y no hay tiempo para detenerse. Hay que continuar. Nos roban el tiempo.
Pero digamos tradicionalmente, con esperanza: ¡Feliz Año Nuevo!
POR ESPAÑA. TODO POR ESPAÑA (Equipo del blog)
Desde nuestra condición de soldados retirados, finalizado el servicio activo en las Fuerzas Armadas, pero no extinguido nuestro compromiso, de por vida, contraído con la Patria; no sujetos, por tanto, al régimen específico de derechos y deberes de sus miembros y de las leyes penales y disciplinarias militares, queremos sumar nuestras voces castrenses a las de otros grupos de nuestra sociedad que han mostrado su preocupación por la deriva a que conducen a España los recientes acontecimientos nacionales que sufrimos.
Con este fin, expresamos nuestros pensamientos y sentimientos en voz alta y por escrito, para ofrecer a todos aquellos militares retirados, desde general a soldado, que, participando de ellos, quieran unirse a esta iniciativa, porque unidos somos más fuertes.
Por ello pedimos a los que estén conformes con el presente MANIFIESTO se adhieran al mismo con su firma a través del enlace que figura al final del mismo.
Sus firmas serán el aval de un pensamiento que solo busca la unidad de España y que, como parte de la sociedad, exponemos a sus Instituciones.
Recordando:
Que la Constitución española se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
Que, por tanto, no hay más Nación que España que ha de permanecer unida de manera ‹‹indisoluble››.
Que las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
Que el Gobierno dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado.
Que la justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey y que es obligado el cumplir las sentencias y demás resoluciones firmes de los Jueces y Tribunales.
Que las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no deberán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales, siendo la solidaridad un principio constitucional.
Que todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado.
Que si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
Que la defensa de España debe ser asumida por todos los españoles como asunto de indudable trascendencia y que todos los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España.
Que contra la amenaza independentista se han manifestado en defensa de España y su unidad, políticos, intelectuales, catedráticos, artistas, filósofos, escritores, académicos, periodistas, jueces y magistrados, economistas, y un largo etcétera de profesionales.
Que no se ha oído la voz de los soldados, aunque ya viejos soldados retirados que, sin representar a nadie, conservan en lo más íntimo del alma el sentimiento que les llevó a prestar su juramento y que, por mandato constitucional y hondo sentimiento, han estado consagrados al gratificante deber del servicio a España y a su Constitución.
Afirmamos:
Nuestro sólido compromiso con la soberanía, la independencia, la integridad territorial y la unidad de España.
Nuestro respeto y cumplimiento de la Constitución y todas las leyes que de ella emanan.
Nuestro cada día mayor amor a España, inspirado en el honor, disciplina y valor, la inquebrantable lealtad y fidelidad al Rey y a las Fuerzas Armadas.
Nuestro juramento o promesa a la Bandera que fue, es y seguirá siendo nuestra guía y más firme compromiso.
Observando:
Con honda preocupación el gravísimo proyecto puesto en marcha por algunos partidos políticos para declarar la independencia de Cataluña, en contra del ordenamiento constitucional, la historia, el sentido común, la convivencia y la solidaridad.
La fractura que el proyecto independentista ha provocado en la sociedad catalana y española con enfrentamientos que se acentúan ante la provocación de algunas de sus instituciones.
Que el paso del tiempo aumenta dicho riesgo por el continuo adoctrinamiento y enseñanza contra la idea de España y lo español.
Que el castellano es la lengua española a la que la Administración autonómica en Cataluña relega a un segundo plano impidiendo el deber y derecho de todos los españoles de conocerla y usarla.
El incumplimiento de las leyes respecto a los símbolos nacionales y las ofensas que no pocas veces se les dedica incluso desde instituciones de la propia Administración local y autonómica.
El resurgir de movimientos políticos que nos retrotraen a indeseables situaciones que propiciaron el enfrentamiento entre españoles en el pasado pero que no aportan mejores soluciones al estado de bienestar, como único objetivo al que tienen que dirigir todos sus esfuerzos las distintas opciones políticas que aspiren a gobernar España.
En definitiva, un recorte en las libertades individuales consagradas en la Constitución
Manifestamos:
Nuestra incertidumbre ante esta situación de flagrante incumplimiento, observando el discurrir del tiempo sin que haya habido una respuesta contundente que corrija y sancione esta ilegal deriva independentista.
Nuestro apoyo y solidaridad con todos los que se sienten limitados en sus derechos como españoles por la situación descrita y que se transmite en la vida diaria, en colegios, centros y administración autonómica.
Nuestro apoyo a todos los que dicen no al independentismo y SÍ a España.
La necesidad de una iniciativa legislativa que proporcione un mayor apoyo a nuestros símbolos nacionales que deben ser siempre respetados y estar amparados por leyes que se cumplan.
La necesidad de amparo y protección de nuestro idioma, lengua oficial del Estado, que todos los españoles tiene el deber de conocerla y el derecho a usarla.
Que la defensa de España debe ser asumida por todos los españoles y debe manifestarse en un permanente sentimiento y conducta de unidad y esfuerzo común en el diario acontecer.
Nuestro convencimiento de que el diálogo es el camino de solución para cualquier conflicto, pero teniendo claro que la unidad de España ni se dialoga ni se negocia y que la solidaridad es un mandato constitucional.
Por todo ello, con el deseo de establecer la justicia, la libertad y la seguridad, así como promover el bien de cuantos integran la Nación española, manifestamos el deber de todos en la búsqueda y aplicación de soluciones que garanticen la convivencia democrática en el marco constitucional vigente.
Enlace para firmar en change.org
DAÑOS COLATERALES Teniente General (R.) Emilio Pérez Alamán
Publicado e 14 de noviembre de 2015
Los que tuvieron, en su momento, la oportunidad de asumir responsabilidades en los cometidos de mayor riesgo y fatiga que España demandaba a sus militares, conocen muy de cerca la consabida advertencia que desde los despachos de políticos y “uniformados” avisaba para que se tuviera mucho cuidado con los “daños colaterales” durante el cumplimiento de la Misión.
Por supuesto a las Unidades, que actuaban sobre el terreno con total profesionalidad, les habría resultado más importante y lógico que la preocupación de aquellos despachos por su forma de proceder, se hubiera dedicado a prestar la adecuada atención a las necesidades que exigía cada Misión que tenían que afrontar. Pese a ello, todos los contingentes cumplimentaron sus cometidos con disponibilidad, esfuerzo y entrega, asumiendo, cuando fue necesario, el incremento de riesgo que las carencias suponían, pues para ellos ningún obstáculo sería tan grande que no pudieran superarlo.
No obstante, en la lejana retaguardia las inquietudes eran otras y se imponían limitaciones que condicionaban las acciones a realizar por las Unidades desplegadas, lo que suponía más dificultad para las operaciones en desarrollo y las correspondientes repercusiones en sus componentes.(valgan como ejemplos entre otras muchas, la retirada de Irak y el rescate del Alakrana).
No cabe duda que la preocupación de quienes habían decidido la intervención, iba variando según sucedían los acontecimientos y para ellos resultaba fácil y sencillo constreñir la libertad de acción de unas disciplinadas Tropas para las que por encima de todo estaba la Misión y la búsqueda de la excelencia en su cumplimiento.
Sin embargo, al Ministerio y sus adláteres le preocupaba más el hecho de que cualquier daño colateral en zona, del tipo que fuera, pudiera dar lugar al consiguiente quebranto político, dado que el problema más importante era la repercusión mediática y la posición de la opinión pública.
Ahora bien, esa preocupación por los daños colaterales en Zona de Operaciones, parece que deja de ser una inquietud cuando se ocasionan dentro de nuestra Patria, donde políticos y algún “uniformado”, en los últimos tiempos, son insensibles al daño que de forma colateral causan sus actitudes y acciones, no solo a cada uno de los españoles, sino a España en su conjunto como Nación, tanto por la imagen que se transmite al exterior como por el descrédito que desde las Instituciones se impregna en la ciudadanía.
Si hablamos de la enorme corrupción que,tanto por su extensión a lo largo y ancho de Instituciones y organismos, como por las cantidades inconmensurables que se roban y asignan a fines inconfesables, ya causa, de por sí, unos daños colaterales incalculables. Pero si a ello unimos la pasividad político judicial en el castigo ejemplar que deben conllevar dichos delitos, esos daños resultan imperdonables.
La situación de crisis, no solo económica, a la que nos ha conducido la “partitocracia” hasta estar a punto de romper la Unidad de España, ocasiona, como daño colateral añadido, el enfrentamiento entre españoles, pero si a ello unimos la dejadez más absoluta por parte de los responsables de evitarlo , el daño pasa de colateral a principal.
Son tantas las actuaciones de los poderes públicos que han dañado a tantos, que nos llevan a ver renacer posiciones políticas que nos retrotraen a la peor dictadura que ha sufrido España como fue el Frente Popular. No hay más que leer ciertas noticias y compararlas con un periódico de aquella maldita época, no enseñada a las nuevas generaciones para no repetirla.
Sin quedarnos solo en la actuación política, supongo que alguien se dará cuenta del daño colateral que se produce cuando algún miembro de la Jerarquía Católica rebaja el Ecumenísmo de esta Iglesia a su pueblo y los de alrededor, por asumir un papel de desunión que no le corresponde como pastor
Termino esta indeseada reflexión con el suceso que en los últimos días ha salpicado también a las Fuerzas Armadas por la actitud del Sr, Rodriguez y la desconfianza que la misma ha trasladado a propios y extraños.
Cualquier ciudadano de a pie y sobre todo los componentes de los Ejércitos no salen de su asombro al ver como un Oficial de alta graduación, siguiendo en situación de sujeto a la condición de militar y su exigencia de neutralidad política, preside un Foro de carácter político, hace declaraciones partidistas y anuncia públicamente su afiliación a un partido, me da igual cual, al mismo tiempo que forma parte de la Asamblea de la Real y Militar Orden de San Fernando y San Hemenegildo, crisol del Valor, la Constancia y Conducta Intachable de los militares. No es para menos el asombro.
Lo primero que se preguntan es como ha podido llegar a general alguien con una mente politizada desde siempre y como puede conllevarse con sinceridad una forma de vida castrense con su antípoda. Hubo unos cuantos que como él decidieron mostrar su posicionamiento y con la deslealtad impropia de un soldado se constituyeron en una organización clandestina (UMD), contra el juramento que prestaron a su Patria.
Nada que se pareciera, aunque ellos lo pretendieron, a la revolución de los militares portugueses el 25 de Abril, ya que los lusos salieron a la calle de uniforme y fusiles, aunque llevaran un clavel en ellos, mientras los “umedos” actuaban amparados en unas siglas políticas. Pues bien, pese a su pertenencia o simpatía por dicho grupo, desde luego el Sr. Rodriguez no hizo por unirse a los detenidos, ni manifestar sus ideas como lo ha hecho ahora.
Pero estos son solo los hechos y las actitudes, lo que provoca el daño colateral son las dudas que surgen sobre cuales fueron sus méritos para llegar a Teniente General, ya que su designación como JEMAD por el Gobierno Zapatero no resulta llamativo, más bien todo lo contrario. Tampoco resulta positiva la lenta y prudente reacción de la Autoridad correspondiente a la hora de corregir la intolerable conducta del militar en cuestión.
Si bien la capacidad de resistir del soldado no deja que estas situaciones resquebrajen sus valores, ni siquiera si compara la rápida y desproporcionada actuación del Ejecutivo de turno ante la manifestación, o fácil profecía, que hace nueve años expresó el General Mena y que no hizo más que anunciar el drama para España que ahora vivimos, mencionando clara y simplemente los mandatos de la Constitución, sin intervenir en política ni mucho menos tomar parte por ninguna opción, pese a lo cual hubo mucha gente que no estuvo a la altura requerida, originando un daño colateral añadido.
Debo reconocer mi deseo de terminar ya esta dolorosa reflexión por sentirme impotente para contribuir de forma más eficaz a remediar la situación a la que se ha llevado a España, causando el mayor daño colateral que puede sufrir una Nación: la indolencia y ausencia de valores patrios que se ha inoculado en los corazones de tantos españoles, incapaces de reaccionar ante un momento histórico que ha dejado de ser una amenaza para ser una tremenda realidad.
Mi esperanza se mantiene viva porque somos una Nación que por antigua ha tenido que superar toda clase de ataques y peligros de desaparición, originados casi siempre en los mismos círculos. De ahí el sabio dicho popular: “QUÉ BUEN VASALLO SI HUBIESE BUEN SEÑOR”. Lo que resulta triste y sobre todo incomprensible es que estemos en este trance en el siglo XXI con quinientos años de Historia. Estoy seguro de que Dios nos ayudará pero no se le puede dejar solo, nunca ha sido propio de los buenos españoles.
¡VIVA ESPAÑA!
Emilio Pérez Alamán Teniente General (R)
LA DIVISIÓN AZUL Y BILBAO (General de División de Infantería de Marina Juan Chicharro Ortega)
Publicado el 15 de marzo de 2015
Con ocasión de mi última intervención en este blog, mi respetado buen amigo y regidor del mismo, el General Dávila, más que invitarme, me ha incitado a dejar alguna reseña por escrito de ese 5º Tercio de La Legión, el Tercio de la Nostalgia, al que a veces he aludido y bajo cuyas señas he firmado alguna intervención. Y ciertamente me lo pones difícil, mi general, porque sintiéndome desde luego parte de él, no me considero el más idóneo para describirlo, vaya eso por delante. Pero tampoco se dice no! en La Legión.
5º Tercio de La Legión
Tercio de la Nostalgia
¿QUIERES SER SOLDADO? (General de División Rafael Dávila Álvarez)
Publicado el 28 de junio de 2015
El BOE acaba de publicar el proceso de selección para cubrir plazas para el acceso a la condición de militar de tropa y marinería. En el primer ciclo de este año 2015 se ofertan 1950 plazas (40 para extranjeros de países con convenio de cooperación) de las que 1.320 son para el Ejército de Tierra, 395 para la Armada y 235 para el Ejército del Aire. Este año no podrán superarse en las Fuerzas Armadas los 79.000 efectivos a 31 de diciembre de los que como máximo podrán ser 7.110 no nacionales (9%).
En los últimos años el número de aspirantes ha aumentado ostensiblemente llegando a presentarse un número superior a 20 por plaza.
Dejemos el consabido argumento del paro como motivo del aumento de peticiones y centrémonos en la verdad de este bello oficio de soldado. Sirvieron como soldados Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Alonso de Ercilla, el Cabo Noval, Eloy Gonzalo, Juan Maderal Oleaga, (último laureado de las Fuerzas Armadas) y junto a ellos millones de héroes incógnitos que dieron y siguen dando su vida por la patria. No son hombres reducidos a la historia sino los forjadores, entre otros mucho españoles, de ese sentimiento de identidad llamado patriotismo.
Iniciamos el 2016. No hay tiempo para lamentaciones. Hay que luchar por lo que cada uno ha convertido su vida. Hay que huir de la tentación a la que sucumbe el individuo instalado en ese plano que le hace capaz de sacrificar el fin que persigue por el aplauso momentáneo.
No cesa el peligro porque la oportunidad se ofrece con descaro a los embaucadores. El 2016 se presenta con síntomas tan preocupantes como los que deja 2015. Una palabra lo define: incertidumbre.
Demos una oportunidad a la esperanza y para evitar ser arrollados por el desasosiego, la desidia o la indolencia, no abandonemos nuestro camino, nuestra lucha contra cualquier síntoma de descomposición.
Hemos resumido nuestro quehacer de este año en el blog eligiendo cinco artículos. Uno de ellos es común y compartido: Por España. Todo por España. Los otros han sido elegidos por voluntad de cada uno de los autores. Son la preocupación constante de estos viejos soldados que esperan seguir contando con su audiencia. España y ustedes son lo único que nos mantiene abriendo brecha en las alambradas. Ahí nos movemos mejor que en las trincheras. El próximo día 26 de enero expondremos en el Centro Cultural de los Ejércitos (Gran Vía 13 Madrid) cuales son nuestros proyectos e ilusiones. Están todos invitados.
Nada termina ni nada empieza. Todo es lucha y sacrificio y no hay tiempo para detenerse. Hay que continuar. Nos roban el tiempo.
Pero digamos tradicionalmente, con esperanza: ¡Feliz Año Nuevo!
POR ESPAÑA. TODO POR ESPAÑA (Equipo del blog)
Desde nuestra condición de soldados retirados, finalizado el servicio activo en las Fuerzas Armadas, pero no extinguido nuestro compromiso, de por vida, contraído con la Patria; no sujetos, por tanto, al régimen específico de derechos y deberes de sus miembros y de las leyes penales y disciplinarias militares, queremos sumar nuestras voces castrenses a las de otros grupos de nuestra sociedad que han mostrado su preocupación por la deriva a que conducen a España los recientes acontecimientos nacionales que sufrimos.
Con este fin, expresamos nuestros pensamientos y sentimientos en voz alta y por escrito, para ofrecer a todos aquellos militares retirados, desde general a soldado, que, participando de ellos, quieran unirse a esta iniciativa, porque unidos somos más fuertes.
Por ello pedimos a los que estén conformes con el presente MANIFIESTO se adhieran al mismo con su firma a través del enlace que figura al final del mismo.
Sus firmas serán el aval de un pensamiento que solo busca la unidad de España y que, como parte de la sociedad, exponemos a sus Instituciones.
Recordando:
Que la Constitución española se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
Que, por tanto, no hay más Nación que España que ha de permanecer unida de manera ‹‹indisoluble››.
Que las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
Que el Gobierno dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado.
Que la justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey y que es obligado el cumplir las sentencias y demás resoluciones firmes de los Jueces y Tribunales.
Que las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no deberán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales, siendo la solidaridad un principio constitucional.
Que todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado.
Que si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
Que la defensa de España debe ser asumida por todos los españoles como asunto de indudable trascendencia y que todos los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España.
Que contra la amenaza independentista se han manifestado en defensa de España y su unidad, políticos, intelectuales, catedráticos, artistas, filósofos, escritores, académicos, periodistas, jueces y magistrados, economistas, y un largo etcétera de profesionales.
Que no se ha oído la voz de los soldados, aunque ya viejos soldados retirados que, sin representar a nadie, conservan en lo más íntimo del alma el sentimiento que les llevó a prestar su juramento y que, por mandato constitucional y hondo sentimiento, han estado consagrados al gratificante deber del servicio a España y a su Constitución.
Afirmamos:
Nuestro sólido compromiso con la soberanía, la independencia, la integridad territorial y la unidad de España.
Nuestro respeto y cumplimiento de la Constitución y todas las leyes que de ella emanan.
Nuestro cada día mayor amor a España, inspirado en el honor, disciplina y valor, la inquebrantable lealtad y fidelidad al Rey y a las Fuerzas Armadas.
Nuestro juramento o promesa a la Bandera que fue, es y seguirá siendo nuestra guía y más firme compromiso.
Observando:
Con honda preocupación el gravísimo proyecto puesto en marcha por algunos partidos políticos para declarar la independencia de Cataluña, en contra del ordenamiento constitucional, la historia, el sentido común, la convivencia y la solidaridad.
La fractura que el proyecto independentista ha provocado en la sociedad catalana y española con enfrentamientos que se acentúan ante la provocación de algunas de sus instituciones.
Que el paso del tiempo aumenta dicho riesgo por el continuo adoctrinamiento y enseñanza contra la idea de España y lo español.
Que el castellano es la lengua española a la que la Administración autonómica en Cataluña relega a un segundo plano impidiendo el deber y derecho de todos los españoles de conocerla y usarla.
El incumplimiento de las leyes respecto a los símbolos nacionales y las ofensas que no pocas veces se les dedica incluso desde instituciones de la propia Administración local y autonómica.
El resurgir de movimientos políticos que nos retrotraen a indeseables situaciones que propiciaron el enfrentamiento entre españoles en el pasado pero que no aportan mejores soluciones al estado de bienestar, como único objetivo al que tienen que dirigir todos sus esfuerzos las distintas opciones políticas que aspiren a gobernar España.
En definitiva, un recorte en las libertades individuales consagradas en la Constitución
Manifestamos:
Nuestra incertidumbre ante esta situación de flagrante incumplimiento, observando el discurrir del tiempo sin que haya habido una respuesta contundente que corrija y sancione esta ilegal deriva independentista.
Nuestro apoyo y solidaridad con todos los que se sienten limitados en sus derechos como españoles por la situación descrita y que se transmite en la vida diaria, en colegios, centros y administración autonómica.
Nuestro apoyo a todos los que dicen no al independentismo y SÍ a España.
La necesidad de una iniciativa legislativa que proporcione un mayor apoyo a nuestros símbolos nacionales que deben ser siempre respetados y estar amparados por leyes que se cumplan.
La necesidad de amparo y protección de nuestro idioma, lengua oficial del Estado, que todos los españoles tiene el deber de conocerla y el derecho a usarla.
Que la defensa de España debe ser asumida por todos los españoles y debe manifestarse en un permanente sentimiento y conducta de unidad y esfuerzo común en el diario acontecer.
Nuestro convencimiento de que el diálogo es el camino de solución para cualquier conflicto, pero teniendo claro que la unidad de España ni se dialoga ni se negocia y que la solidaridad es un mandato constitucional.
Por todo ello, con el deseo de establecer la justicia, la libertad y la seguridad, así como promover el bien de cuantos integran la Nación española, manifestamos el deber de todos en la búsqueda y aplicación de soluciones que garanticen la convivencia democrática en el marco constitucional vigente.
Enlace para firmar en change.org
DAÑOS COLATERALES Teniente General (R.) Emilio Pérez Alamán
Publicado e 14 de noviembre de 2015
Los que tuvieron, en su momento, la oportunidad de asumir responsabilidades en los cometidos de mayor riesgo y fatiga que España demandaba a sus militares, conocen muy de cerca la consabida advertencia que desde los despachos de políticos y “uniformados” avisaba para que se tuviera mucho cuidado con los “daños colaterales” durante el cumplimiento de la Misión.
Por supuesto a las Unidades, que actuaban sobre el terreno con total profesionalidad, les habría resultado más importante y lógico que la preocupación de aquellos despachos por su forma de proceder, se hubiera dedicado a prestar la adecuada atención a las necesidades que exigía cada Misión que tenían que afrontar. Pese a ello, todos los contingentes cumplimentaron sus cometidos con disponibilidad, esfuerzo y entrega, asumiendo, cuando fue necesario, el incremento de riesgo que las carencias suponían, pues para ellos ningún obstáculo sería tan grande que no pudieran superarlo.
No obstante, en la lejana retaguardia las inquietudes eran otras y se imponían limitaciones que condicionaban las acciones a realizar por las Unidades desplegadas, lo que suponía más dificultad para las operaciones en desarrollo y las correspondientes repercusiones en sus componentes.(valgan como ejemplos entre otras muchas, la retirada de Irak y el rescate del Alakrana).
No cabe duda que la preocupación de quienes habían decidido la intervención, iba variando según sucedían los acontecimientos y para ellos resultaba fácil y sencillo constreñir la libertad de acción de unas disciplinadas Tropas para las que por encima de todo estaba la Misión y la búsqueda de la excelencia en su cumplimiento.
Sin embargo, al Ministerio y sus adláteres le preocupaba más el hecho de que cualquier daño colateral en zona, del tipo que fuera, pudiera dar lugar al consiguiente quebranto político, dado que el problema más importante era la repercusión mediática y la posición de la opinión pública.
Ahora bien, esa preocupación por los daños colaterales en Zona de Operaciones, parece que deja de ser una inquietud cuando se ocasionan dentro de nuestra Patria, donde políticos y algún “uniformado”, en los últimos tiempos, son insensibles al daño que de forma colateral causan sus actitudes y acciones, no solo a cada uno de los españoles, sino a España en su conjunto como Nación, tanto por la imagen que se transmite al exterior como por el descrédito que desde las Instituciones se impregna en la ciudadanía.
Si hablamos de la enorme corrupción que,tanto por su extensión a lo largo y ancho de Instituciones y organismos, como por las cantidades inconmensurables que se roban y asignan a fines inconfesables, ya causa, de por sí, unos daños colaterales incalculables. Pero si a ello unimos la pasividad político judicial en el castigo ejemplar que deben conllevar dichos delitos, esos daños resultan imperdonables.
La situación de crisis, no solo económica, a la que nos ha conducido la “partitocracia” hasta estar a punto de romper la Unidad de España, ocasiona, como daño colateral añadido, el enfrentamiento entre españoles, pero si a ello unimos la dejadez más absoluta por parte de los responsables de evitarlo , el daño pasa de colateral a principal.
Son tantas las actuaciones de los poderes públicos que han dañado a tantos, que nos llevan a ver renacer posiciones políticas que nos retrotraen a la peor dictadura que ha sufrido España como fue el Frente Popular. No hay más que leer ciertas noticias y compararlas con un periódico de aquella maldita época, no enseñada a las nuevas generaciones para no repetirla.
Sin quedarnos solo en la actuación política, supongo que alguien se dará cuenta del daño colateral que se produce cuando algún miembro de la Jerarquía Católica rebaja el Ecumenísmo de esta Iglesia a su pueblo y los de alrededor, por asumir un papel de desunión que no le corresponde como pastor
Termino esta indeseada reflexión con el suceso que en los últimos días ha salpicado también a las Fuerzas Armadas por la actitud del Sr, Rodriguez y la desconfianza que la misma ha trasladado a propios y extraños.
Cualquier ciudadano de a pie y sobre todo los componentes de los Ejércitos no salen de su asombro al ver como un Oficial de alta graduación, siguiendo en situación de sujeto a la condición de militar y su exigencia de neutralidad política, preside un Foro de carácter político, hace declaraciones partidistas y anuncia públicamente su afiliación a un partido, me da igual cual, al mismo tiempo que forma parte de la Asamblea de la Real y Militar Orden de San Fernando y San Hemenegildo, crisol del Valor, la Constancia y Conducta Intachable de los militares. No es para menos el asombro.
Lo primero que se preguntan es como ha podido llegar a general alguien con una mente politizada desde siempre y como puede conllevarse con sinceridad una forma de vida castrense con su antípoda. Hubo unos cuantos que como él decidieron mostrar su posicionamiento y con la deslealtad impropia de un soldado se constituyeron en una organización clandestina (UMD), contra el juramento que prestaron a su Patria.
Nada que se pareciera, aunque ellos lo pretendieron, a la revolución de los militares portugueses el 25 de Abril, ya que los lusos salieron a la calle de uniforme y fusiles, aunque llevaran un clavel en ellos, mientras los “umedos” actuaban amparados en unas siglas políticas. Pues bien, pese a su pertenencia o simpatía por dicho grupo, desde luego el Sr. Rodriguez no hizo por unirse a los detenidos, ni manifestar sus ideas como lo ha hecho ahora.
Pero estos son solo los hechos y las actitudes, lo que provoca el daño colateral son las dudas que surgen sobre cuales fueron sus méritos para llegar a Teniente General, ya que su designación como JEMAD por el Gobierno Zapatero no resulta llamativo, más bien todo lo contrario. Tampoco resulta positiva la lenta y prudente reacción de la Autoridad correspondiente a la hora de corregir la intolerable conducta del militar en cuestión.
Si bien la capacidad de resistir del soldado no deja que estas situaciones resquebrajen sus valores, ni siquiera si compara la rápida y desproporcionada actuación del Ejecutivo de turno ante la manifestación, o fácil profecía, que hace nueve años expresó el General Mena y que no hizo más que anunciar el drama para España que ahora vivimos, mencionando clara y simplemente los mandatos de la Constitución, sin intervenir en política ni mucho menos tomar parte por ninguna opción, pese a lo cual hubo mucha gente que no estuvo a la altura requerida, originando un daño colateral añadido.
Debo reconocer mi deseo de terminar ya esta dolorosa reflexión por sentirme impotente para contribuir de forma más eficaz a remediar la situación a la que se ha llevado a España, causando el mayor daño colateral que puede sufrir una Nación: la indolencia y ausencia de valores patrios que se ha inoculado en los corazones de tantos españoles, incapaces de reaccionar ante un momento histórico que ha dejado de ser una amenaza para ser una tremenda realidad.
Mi esperanza se mantiene viva porque somos una Nación que por antigua ha tenido que superar toda clase de ataques y peligros de desaparición, originados casi siempre en los mismos círculos. De ahí el sabio dicho popular: “QUÉ BUEN VASALLO SI HUBIESE BUEN SEÑOR”. Lo que resulta triste y sobre todo incomprensible es que estemos en este trance en el siglo XXI con quinientos años de Historia. Estoy seguro de que Dios nos ayudará pero no se le puede dejar solo, nunca ha sido propio de los buenos españoles.
¡VIVA ESPAÑA!
Emilio Pérez Alamán Teniente General (R)
LA DIVISIÓN AZUL Y BILBAO (General de División de Infantería de Marina Juan Chicharro Ortega)
Publicado el 15 de marzo de 2015
Todas las ideas son respetables cuando son nobles y se defienden con honradez. Ya sé que, hoy, las ideas por las que unos españoles fueron a luchar a Rusia contra la barbarie comunista no son hoy compartidas por muchos españoles y no españoles. Me resulta, no obstante, mucho más difícil entender que ni siquiera sean capaces de reconocer y honrar la valentía y el heroísmo que aquellos jóvenes divisionarios mostraron al mundo. La aventura de la División Azul constituye una de las mayores gestas de las armas españolas en toda la historia. La lucha en el Volchov o en Krasny Bor fue tan encarnizada, y el heroísmo tan manifiesto, que no hay palabras escritas que puedan ni por asomo aproximarse a la realidad de lo que allí sucedió; pero no es objeto de estas líneas el describirlas. Estas líneas están escritas en Bilbao; y es que he estado en esta Villa vascongada por la sencilla razón de asistir a un almuerzo organizado por unos valientes vascos para homenajear a la División española de Voluntarios.
Sí, lector, ha leído Vd. bien: un homenaje a la División Azul en Bilbao y propiciado por jóvenes vascos, más españoles que nadie, hijos y nietos de aquellos bravos soldados.
Si, antes de salir de Madrid, entre allegados y afines cunde el asombro, ante el citado homenaje, qué decir cuando les confirmo que es en Bilbao.
Y es que la mentira y el odio se han instalado de tal forma en una parte de la sociedad vasca, la que está influida y manejada por políticos traidores, al amparo, también, de la cobardía de otros, que verdaderamente resulta ciertamente extraño un acto como éste.
Pero sí, unos vascos valientes han decidido, sin complejos, recordar y homenajear el heroísmo y valentía de unos españoles que en los años 40 del siglo pasado se echaron el fusil al hombro, atravesaron Europa y ganándose la admiración del ejército alemán resistieron los terribles embates de las hordas soviéticas con notable éxito.
Y, ¿qué tiene de raro que sea en Bilbao?
Vamos a ver, la historia de España es incomprensible sin la aportación de los vizcaínos, de los vascos, a la misma. No hay hazaña o epopeya histórica en la que las armas españolas hayan brillado sin la presencia continua y masiva, en ocasiones, de los líderes, soldados y marineros vascongados.
Les voy a recordar unos cuantos: los que participaron en las Navas de Tolosa, los que con Fernando III recuperaron Sevilla, Juan Sebastián de Elcano, Urdaneta , Urbieta, Lopez de Legazpi, Oquendo, Blas de Lezo, Churruca, Uriarte, Alonso de Ercilla, Zumalacárregui y así un largo etc. que llenarían páginas y páginas. Una simple visita al Panteón de Marinos Ilustres, por ejemplo, nos muestra cuanto digo.
No tengo duda que si estos gloriosos soldados y marinos, vascos hasta la médula, y por tanto más españoles que nadie, levantaran la cabeza muchas cosas iban a cambiar aquí.
Sí, hoy tengo la certeza que nada está perdido y la tengo al ver a estos jóvenes bilbaínos y donostiarras que han tenido la bravura de organizar este homenaje a los soldados de la División Azul. Sí señor, con un par …..
Hoy en la ría del Nervión los vivas a España y a nuestra División han resonado con tal fuerza que hasta los peces han asomado la cabeza al tiempo que otros – no peces – la han escondido por si acaso.
General de División de Infantería de Marina Juan Chicharro Ortega (R)
SOBRE EL 5º TERCIO DE LA LEGIÓN. TERCIO DE LA NOSTALGIA (General de Brigada Adolfo Coloma Contreras)
Publicado el 12 de junio de 2015
Con ocasión de mi última intervención en este blog, mi respetado buen amigo y regidor del mismo, el General Dávila, más que invitarme, me ha incitado a dejar alguna reseña por escrito de ese 5º Tercio de La Legión, el Tercio de la Nostalgia, al que a veces he aludido y bajo cuyas señas he firmado alguna intervención. Y ciertamente me lo pones difícil, mi general, porque sintiéndome desde luego parte de él, no me considero el más idóneo para describirlo, vaya eso por delante. Pero tampoco se dice no! en La Legión.
Y puestos a ello, Me atreveré a empezar hablando de la nostalgia. Para mí, la mejor expresión del término está contenida en los versos de aquel poeta británico William Wordsworth, que adquirieron una notable popularidad de la mano de una película de Elia Kazan:
Aunque nada pueda devolvernos
las horas de esplendor en la hierba,
ni de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos
porque siempre la belleza
las horas de esplendor en la hierba,
ni de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos
porque siempre la belleza
subsiste en el recuerdo
He aquí la nostalgia en su estado puro como expresión de algo que se ama pero que indefectiblemente se aleja y a uno no le queda otra que vivirlo en el recuerdo.
Es sabido que la milicia, esa “religión de hombres honrados” que describiera el gran Pedro Calderón de la Barca, se elige a veces por convicción y a veces por necesidad, pero siempre se vive con vocación. Pero hay formas de entenderla – y de vivirla – que imprimen carácter, si me permiten la expresión. Y la Legión, sin duda es una de ellas. Por eso los que nos hemos formado en sus filas nos hemos ido haciendo un caparazón, amalgama de la propia piel con la camisa verde y el correaje de cuero, del que no es fácil desprenderse.
Esto nos ha llevado a buscar, solicitar, ambicionar volver a formar parte de las unidades legionarias. Vivir sus exigentes reglas de servicio a España, su ambiente de camaradería, sus ritos y tradiciones. Pero no siempre lo hemos logrado. A veces es una vacante que se escurre entre los dedos. En otras ocasiones son las circunstancias personales. Y para los más, es la edad que ejerce su juicio inapelable. No queda otra que refugiarse en el recuerdo, dar testimonio de lo que se es, de lo que se ha vivido y abrazar el recuerdo con nostalgia.
Pero cuando a esa nostalgia le preceden las palabras “Tercio de La Legión” ah! Amigo eso es otra. La nostalgia parece entonces acudir en tromba, a los acordes del cornetín de órdenes rasgando el aire con su inconfundible toque, la Contraseña Legión: ¡Legionarios a luchar, legionarios a morir!!!
No hay lugar las filas de los cuatro Tercios, que con el resto de unidades legionarias y su General a la cabeza, conforman hoy la Legión, pero si lo hay en esa quasi centenaria institución que no cierra a nadie sus puertas. Los legionarios en activo cierran filas, dejan espacio a los voluntarios del Quinto Tercio de La Legión, Tercio de los que la aman pero por alguna de las circunstancias a las que antes aludía no pueden formar a pie en ellas. Tercio de los que aún conservan el vigor, el deseo e incluso la necesidad vital de seguir siendo parte de ella, de hacer algo más por ella, porque en definitiva es hacerlo por España. Tercio de los que han hecho del Credo de La Legión su propio código de conducta.
Nadie como el coronel Carranza, aquel recordado legionario con alma de poeta – o poeta con uniforme de La Legión – podría haberlo expresado mejor en aquellas espinelas que dejó escritas al Tercio de Millán Astray:
……. Ya vivos, ya sepultados
los que en el Tercio han servido
no han estado, Tercio han sido
y por los cuatro costados …..
Esa es la clave. En la Legión no se “está”, se “es” ya que el ser y el estar conforman dos actitudes diferentes ante la propia milicia y ante la vida. Todavía recuerdo las arengas del Coronel Pallás, al frente del 3º Tercio cuando se dirigía a los legionarios hablándoles de estas cosas. Explicaba que, entre las lenguas europeas, solo el castellano distingue entre el “estar” y el “ser” El primero suponía simplemente hallarse en, con un cierto sentido de temporalidad. El segundo requería, mucho más, involucrarse, ser extensivo en el tiempo. También recuerdo lo que sacó en claro de todo aquello un cabo legionario que al final de la formación vino a decirme:
– O sea mi capitán, que es como hacer una tortilla con chorizo.
– ¿A qué te refieres? – Le respondí
– Pues eso, – me dijo – que para hacer una tortilla con chorizo, la gallina, colabora, pero el jalufo se involucra ¿no?- concluyó
De eso se trata pensé entonces y me reitero ahora: de dejarse la piel en ello. De ser legionario desde fuera de sus filas y seguir “haciendo legión” asumiendo su modo de ser con sus grandezas y sus miserias, que como todo en el género humano, ha de haber, tratando de ensalzar las primeras y mitigar las últimas.
Por eso ese 5º Tercio, Tercio de la Nostalgia, en el que yo milito, no me han pedido ni hoja de enganche y filiación, ni tiene lista de revista. Es por el contrario de orgánica infinita y todos tienen cabida: Hermandades y asociaciones afines, legionarios de los cuatro confines, paisanos y mujeres ¡Cómo no!, españoles y extranjeros; tan solo con el compromiso de respetar su credo, apoyar a su gente y reclamar el puesto de vanguardia en la defensa del honor, soberanía e independencia de la patria, del orden dentro de ella, como expresión del juramente que un día empeñamos reflejo de la vieja “devotio ibérica”. Porque así,
con los de presente afán,
coman o no el mismo pan
fieles a su juramento
en la reserva o en destacamento
para lo que se tercie están”.
Adolfo Coloma Contreras5º Tercio de La Legión
Tercio de la Nostalgia
¿QUIERES SER SOLDADO? (General de División Rafael Dávila Álvarez)
Publicado el 28 de junio de 2015
El BOE acaba de publicar el proceso de selección para cubrir plazas para el acceso a la condición de militar de tropa y marinería. En el primer ciclo de este año 2015 se ofertan 1950 plazas (40 para extranjeros de países con convenio de cooperación) de las que 1.320 son para el Ejército de Tierra, 395 para la Armada y 235 para el Ejército del Aire. Este año no podrán superarse en las Fuerzas Armadas los 79.000 efectivos a 31 de diciembre de los que como máximo podrán ser 7.110 no nacionales (9%).
En los últimos años el número de aspirantes ha aumentado ostensiblemente llegando a presentarse un número superior a 20 por plaza.
Dejemos el consabido argumento del paro como motivo del aumento de peticiones y centrémonos en la verdad de este bello oficio de soldado. Sirvieron como soldados Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Alonso de Ercilla, el Cabo Noval, Eloy Gonzalo, Juan Maderal Oleaga, (último laureado de las Fuerzas Armadas) y junto a ellos millones de héroes incógnitos que dieron y siguen dando su vida por la patria. No son hombres reducidos a la historia sino los forjadores, entre otros mucho españoles, de ese sentimiento de identidad llamado patriotismo.
Que el primer y más fundamental deber del soldado sea la disposición permanente para defender a España, incluso con la entrega de la vida cuando fuera necesario, no es baladí. Ser soldado no es un capricho, ni siquiera una afición. Es una vocación cuyo atractivo reside en la virtud. La disposición permanente del alma para las acciones conformes a la ley moral. Una vida inspirada en el amor a tu patria, en el sacrificio reconfortante de ese espíritu que te lleva a mantenerte en tu puesto de honor cuando el amor a la vida te dice al oído que te separes del peligro. Ese espíritu que unas veces es valor, otras abnegación, entusiasmo por la profesión, siempre afán de esplendor para tu patria.
Será el patriotismo como virtud tu valor principal, tu deber, y cumplirlo tu íntima satisfacción. Apréndelo pronto: tu patriotismo consiste en amar a España, es decir, cumplir con tu deber siempre. Esa íntima satisfacción del deber cumplido será tu premio y única aspiración.
El honor deberá presidir cada una de tus actividades, estando solo o en compañía, sin buscar el elogio o el aplauso. A él ajustarás siempre tu conducta. En la soledad de la noche o con las luces del día debes ser coherente entre lo que debes hacer y lo que haces. El honor será la virtud que te lleve al cumplimiento de tus deberes respecto del prójimo y de ti mismo.
Al patriotismo y al honor siempre debe acompañarles el valor. En la milicia el valor no es bravuconería sino una firme disposición, constante preparación física y moral, para vencer el miedo y llegar más allá incluso de lo que el deber te exige. Tu valor ha de ser sereno sin alardes inútiles, comúnmente innecesarios, has de tender a conservar durante el mayor tiempo y en el más alto grado tus energía morales y físicas para utilizarlas al máximo y en toda su plenitud en el momento decisivo. Debe adornarse el valor con entendimiento para obrar con sabia destreza y no estrellar su denuedo contra la ignorancia. Valor estoico, y heroico si el combate lo requiere.
La disciplina será factor de cohesión que regule todas tus relaciones en la milicia. Exigida y exigible para el que obedece y más, si cabe, para el que manda. Respeto y obediencia moral que te lleve a la observancia de las leyes y normas, te distinguirá como buen soldado.
Recorre despacio el camino, con humildad y paciencia. Recuerda que la guerra es el arte a cuya cumbre no se vuela, súbese poco a poco y con discurso de tiempo. Pero no olvides que aquí el esfuerzo y dedicación nunca están de vacaciones.
Todo lo que te cuento es más sencillo de lo que puedas pensar, pero solo se consigue si de verdad quieres ser soldado, un bello oficio que te descubrirá pronto su tesoro que reside en la camaradería y la fraternidad que forja unidades muy sólidas donde cada miembro se sacrifica individualmente en beneficio del grupo.
Compañerismo, abnegación, solidaridad, amistad, unión y socorro. Aquí nadie es más que otro si no hace y sabe más que el otro.
Mira, en mis largos años de servicio ninguna ley ni reglamento me ha enseñado con tanta belleza y claridad lo que es ser soldado. Lo escribió uno de Infantería, Pedro Calderón de la Barca. Te invito a que lo leas y cuando termines te preguntes ¿Quiero ser soldado?
Solo tú tienes la respuesta.
General de División (R) Rafael Dávila Álvarez
Este ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira como procede.
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira como procede.
Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho
no adorna el vestido el pecho
que el pecho adorna al vestido.
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho
no adorna el vestido el pecho
que el pecho adorna al vestido.
Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.
Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.
Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el honor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el honor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.
Pedro Calderón de la Barca (Soldado de la Infantería española)