lunes, 11 de enero de 2016

UTILIZACIÓN DE LAS CAPACIDADES MILITARES EN LA LUCHA ANTITERRORISTA (General de Brigada Adolfo Coloma Contreras)

 


Imagen1Todos hemos asistidos atónitos a los terribles sucesos que azotaron París  el pasado 13 de noviembre. La imponente operación organizada por el Gobierno Francés tras los atentados, con la finalidad de proteger a la población así como localizar y neutralizar a los autores y colaboradores e instigadores de tales asesinatos y con su colofón en la vecina Bélgica, han puesto de manifiesto la necesidad de integrar todas las energías y fuerzas materiales y morales de nuestros países afines para hacer frente a tan insidiosas agresiones. Yo creo que en este punto estaremos todos de acuerdo.
En efecto. El esfuerzo inicial para la localización y neutralización de los terroristas fue confiado a los servicios de seguridad del Estado: Policía y gendarmería. Con ellos fueron activados los servicios de información e inteligencia interior y exterior. En estas tareas se concentraron los cuerpos de policía y cuando sus capacidades se vieron desbordadas o bien para permitir a éstos centrarse en las funciones para las que están especializados, se recurrió a las Fuerzas Armadas para cooperar en el objetivo final: proteger a la población.
Nos hemos visto saturados de imágenes de soldados en misiones de vigilancia y protección bajo la Tour Eiffel, Imagen2en la Catedral de Notre Dame, en la Grand Place de Bruselas o junto al Manneken Pis. Pero junto a tales imágenes, los medios de comunicación nos han acercado a una población que se aferraba a seguir con su rutina diaria, empeñada en que cuatro desalmados en nombre de una ideología radicalizada hasta el patetismo y en la que se sienten justificados, no les impongan unos modos de vivir y pensar que les son ajenos. Imagen3 No he leído crítica alguna en contra de la presencia de los militares en espacios públicos nacionales materializando de esta manera su contribución a la defensa nacional en ese escenario tan concreto.
Y en medio de todo, encontramos a la población que es a la vez objeto y sujeto de la propia defensa. Es objeto porque la población es el bien primordial a defender. Pero es también sujeto porque sin su colaboración en el grado que se le requiera, sin su participación activa o pasiva para equilibrar ese difícil binomio seguridad – libertad, sería muy comprometido aplicar medidas oportunas y eficaces.
En nuestra “piel de toro” hemos recorrido un largo camino, aún por concluir, en este aspecto de la participación de los militares en la defensa interior de España, particularmente, en la lucha contra el terrorismo. Hay una inveterada prevención a incluir las capacidades militares en la integración de todos los esfuerzos de la nación para hacer frente a tan insidiosa – y letal- amenaza.
Imagen4Sin necesidad a remontarnos a tiempos pretéritos, baste señalar que, tras el criminal ataque del 11 de Septiembre de 2001 en los Estados Unidos, todos los países occidentales, revisaron sus sistemas de seguridad y las capacidades para hacer frente a esta amenaza que empezó entonces a llamarse “global”
En España, el entonces  Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Almirante Moreno Barbera, hizo unas declaraciones ampliamente recogidas en la prensa.  Venía a decir que las Fuerzas Armadas estaban listas para poner sus capacidades al servicio del gobierno en cuanto le fueran requeridas. Se le echó toda la progresía encima liderada por un conocido diario. Que si queríamos volver a militarizar España. Que ya se vislumbraban a los soldados dando patadas a las puertas e invadiendo la privacidad de los hogares… Aquello quedó en un impass.
Sin embargo, la lógica de los hechos se impuso apenas unos meses después, con ocasión de la cumbre Jefes de Estado de la Unión Europea celebrada en Barcelona. Para hacer frente a esa nueva amenaza cuya realidad se hizo patente con el desmoronamiento de las torres Gemelas, hubo que blindar los espacios aéreos y marítimos alrededor de la ciudad. Imagen5¿Y quien posee las capacidades para realizar tal tarea?  Entre muchas otras, las Fuerzas Armadas, naturalmente.  Sin duda ese era el espíritu que presidía las declaraciones del JEMAD.
Algunos años después, tras los salvajes atentados del 11 de Marzo de 2004 en Madrid, la contribución de las Fuerzas Armadas a la lucha antiterrorista se hizo más patente y visible. Se le encargaron de custodiar algunos “puntos sensibles” muchos de ellos en espacios públicos y urbanos,  liberando de esta manera efectivos de la Policía y Guardia Civil para emplearlos en tareas más acordes con su especialización. De forma análoga, las fuerzas Armadas, además de proporcionar seguridad, protección (y reacción) en los espacios marítimos y aéreos en los que solo ellas tienen medios para realizarlos, han aportado capacidades en otras operaciones como en la custodia de las vías ferroviarias de alta velocidad Imagen6 o sumando esfuerzos para la limitación de la amenaza contra los ecosistemas de la costa gallega tras el hundimiento del Prestige.
Una de las capacidades que se requieren de nuestras unidades en misiones en el exterior es  “anti riot” (intervención antidisturbios) como se ha dado el caso en Kosovo y Afganistán entre otros escenarios. Para ello las unidades afectadas han de ser instruidas y adiestradas en este tipo de intervenciones antes de ser desplegadas.  Resulta paradójico que se prescinda de muchas de las capacidades  que nuestras unidades pueden aportar dentro del territorio nacional, sumándolas así al conjunto del esfuerzo nacional.
Porque si recuerdan el primer párrafo con el que comencé esta reflexión y están de acuerdo con él, me permito recordarles que contiene la definición que, la Ley Orgánica 6/80 de criterios Básicos de la Defensa Nacional y de la Organización Militar, daba sobre la primera: “la disposición integración y acción coordinada de todas las energías y fuerzas morales y materiales de la Nación ante cualquier forma de agresión, debiendo todos los españoles participar en logro de tal fin.” Cito esta LO, aun cuando ha sido derogada por la actual LO 5/2005, ya que ésta última no aporta definición alguna de Defensa Nacional.
Imagen7Las Fuerzas Armadas ofrecen en la actualidad una amplia panoplia de capacidades que van desde el empleo de la fuerza, o la amenaza de su empleo siempre que sea creíble (disuasión), pasando por capacidades de alerta temprana, inteligencia, ciberdefensa u, operaciones especiales entre otras, que son necesarias y a veces imprescindibles para una Defensa Nacional coherente y eficaz. SM el Rey, Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas  nos lo acaba de recordar con ocasión de la reciente celebración de la Pascua Militar: frente al terrorismo, no cabe el desaliento. Nos invita pues a fortalecer nuestras capacidades y nuestra determinación para hacerle frente.
Imagen8
Adolfo Coloma
General de Brigada (R.) del ET

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