viernes, 15 de enero de 2016

CUANDO ERAMOS INVENCIBLES ¿HAY QUE ARREPENTIRSE DE SER ESPAÑOL?

Jesús Ángel Rojo Pinilla presentó hace seis meses su primer libro, «Cuando éramos invencibles» (Gran Capitán Ediciones, 2015), sobre las victorias más destacadas del Imperio español sin sospechar siquiera la de kilómetros que iba a recorrer de la mano de su obra. El periodista madrileño ha atravesado la geografía española, de Barcelona a Badajoz, e incluso ha cruzado el charco contando en Miami aquello de que fuimos invencibles. Como si la historia fuera una cuestión de fe, algunos le han creído y han celebrado su esfuerzo de divulgación, mientras otros seguían aferrándose a la leyenda negra. «Hay muchos políticos interesados en que perdure el discurso de que este país ha sido siempre un desastre», advierte.
–¿Cómo surgió esta especie de gira por España y cómo ha sido la respuesta al libro?
–El balance del libro es muy positivo. En cuestión de seis meses se han ido agotando las ediciones una detrás de otra (la 4ª está a punto de agotarse). Tenemos datos de best sellers a nivel nacional. La demanda de la gente por conocer su cultura, sus raíces y sentirse orgullosa de su familia es extraordinaria, sobre todo en un país donde se insultan los símbolos y las banderas de forma sistemática. Pero insultar a esos símbolos es atacar a unos antepasados que dieron la vida porque nosotros viviéramos mejor.
–Una de las paradas fundamentales de «Cuando éramos invencibles» estuvo en Miami (Florida, EE.UU). ¿Cómo fue la experiencia?
–Viajamos a Miami porque la comunidad hispánica allí nos lo pidió. El recibimiento fue muy bueno a nivel mediático, popular e incluso diplomático. La gente nos decía que era de las pocas veces que venían a hablar bien de España desde España. El libro ha abierto la mente a muchos lectores, en el sentido de que entienden que la leyenda negra es una falsedad y que España no es un proyecto fracasado. Tenemos que sacar pecho de que la cultura hispánica haya dado como resultado que 500 millones de personas hablen hoy el español.
–Pero sigue habiendo mucha gente que cree que es cierta la leyenda negra, ¿cómo se puede revertir eso?
«EE.UU, como todas las potencias que han aspirado a la hegemonía mundial, tiene también una leyenda negra»
–Mi sobrina de 16 años me decía hace unos días: «Pero ¿por qué nada de lo que cuentas en tu libro sale en mis textos de historia?». Una parte de la población española ha aceptado como válida la versión de la leyenda negra dada por los enemigos de España, y el resto directamente no conoce su historia. Aquí hay muchos interesados en adoctrinar a la gente valiéndose de la premisa de que este país ha sido siempre un desastre. Lo que hay que entender es que ahora mismo EE.UU –como todas las potencias que han aspirado a la hegemonía mudial– tiene también una leyenda negra. Es un arma propagandística que usan sus enemigos para debilitar su poder. No obstante, en España esa propaganda se ha dado por buena durante muchos años.
–Otra parada importante en esta promoción del libro fue Barcelona, coincidiendo con el 12 de octubre.
–Coincidiendo con el Día de la Hispanidad presentamos un manifiesto a favor de la Hispanidad junto con el pintor Augusto Ferrer Dalmau. Nuestro libro va de héroes y en Barcelona hay muchos ciudadanos anónimos que por querer ser españoles tienen que resistir el acoso del nacionalismo.
El conquistador, a caballo, en el centro de la expedición pintada magistralmente
El conquistador, a caballo, en el centro de la expedición pintada magistralmente- Ferrer Dalmau
–¿Percibió realmente una atmósfera hostil?
–En el acto de Cataluña no noté un clima hostil pero sí estaba el ambiente enrarecido en las calles. Veías a la gente con miedo a hablar de determinas cosas en público. El nacionalismo es irracional y solo genera odio y miseria. Lo que está ocurriendo en Cataluña es una fobia irracional por la cultura hispánica.
–Precisamente este año el Día de la Hispanidad estuvo marcado por las polémicas declaraciones de los alcaldes de Cádiz y Barcelona sobre la conquista de América
–Conforme presentamos el manifiesto nos llegaron noticias de las declaraciones de «Kichi» y de Ada Colau. Se intuye que los políticos, como representantes públicos, deben tener una formación y estar a la altura de las circunstancias. La Hispanidad representa a los indígenas, a los negros, a los criollos... representa el mestizaje cultural. Cuando España abandonó América había 23 universidades, mientras que Portugal no dejó ninguna en Brasil. España consideraba que todos eran súbditos de la Corona y tenían los mismos derechos que cualquier otro español.
–¿Cuáles son las diferencias entre el proceso de colonización de España y el de otros países?
–La gran diferencia respecto a otros países es que España no fue a América solo por cuestiones monetarias, sino por una labor evangelizadora. En Norteamérica vemos lo contrario al mestizaje racial y cultural que se aplicó en los territorios hispánicos. ¿Hubo en Norteamérica, África o Australia algún esfuerzo de evangelización o alguien se planteó la licitud de la conquista? En España se desencadenó casi inmediatamente un debate teológico sobre si estaba justificada la conquista o no. El Reino Unido jamás tuvo esos reparos jurídicos cuando entró en África o en la India, o Francia cuando Napoleón arrasó Europa.
–En este sentido, la enésima polémica del curso ha sido sobre si es adecuado celebrar la Toma de Granada de 1492.
–Es insólito que la Junta de Andalucía no quiera celebrar un hecho que frenó el avance turco que amenazaba a todo el continente. Estamos contemplando los esfuerzos premeditados por destruir la cultura y la tradición romano-cristiana. Ciertos políticos quieren borrar la historia de España para crear hombres y mujeres desnudos de principios y de referentes. Es un adoctrinamiento para cambiar el sistema actual. Muchos amigos cubanos me transmiten que con la llegada de Fidel Castro ocurrió algo similar. Toda la historia se negativizó hasta dejar al ciudadano sin un espejo donde mirarse y vulnerable a ser adoctrinado. La Toma de Granada fue fundamental para la historia de España y de Europa, que lo celebró como contraposición a la conquista turca de Constantinopla en 1453.
María Cristina Barrios Almazor, anterior cónsul y embajadora de España, junto a Jesús Ángel Rojo en la presentación en Miami (Florida)
María Cristina Barrios Almazor, anterior cónsul y embajadora de España, junto a Jesús Ángel Rojo en la presentación en Miami (Florida)
–En los últimos años ha habido un esfuerzo a nivel popular e institucional por recuperar a héroes olvidados como Blas de Lezo o, más recientemente, a Bernardo de Gálvez. ¿Qué héroe español toca ahora rescatar del olvido?
–Quizás es el turno de recuperar la historia de esos conquistadores españoles que ciertos gobernantes de Iberoamérica han demonizado. Han echado la culpa al dominio español de la pobreza y los problemas que trajeron la independencia de esas colonias. Paradójicamente, se sigue llamando libertadores a unos personajes que causaron una involución de cien años en muchos de estos países. México tenía casi 15.000 coches de caballos, su economía era próspera y era más rica que Madrid. En los próximos años debería trabajarse en revertir esa mentira. Podría ser el año de Hernán Cortés, que es el padre de México, o el de Pizarro, que es el padre de Perú, o el año de Vasco Nuñez de Balboa, que es el padre de Panamá. Aunque va a ser difícil, en El Paso (Texas, EE.UU.) hace unos años se levantó una estatua a Juan de Oñate y rápidamente vinieron grupos de indígenas radicales a protestar y obligaron a cambiar su nombre por el de «El Jinete». Hay mucho trabajo por delante.
–¿Quizás a algún héroe catalán?
«Ser español en el resto de España es muy fácil, pero en Cataluña cada vez es más complicado»
–El pintor Augusto Ferrer-Dalmau ya ha pasado a la historia (ríe). Tal vez podamos recuperar a Agustina de Aragón, que nació en Barcelona; o a los héroes del Sitio de Gerona, donde se defendieron de los franceses; o podemos recordar incluso a Rafael Casanova, que fue un patriota español que defendió Barcelona en nombre de España y de su Rey. Otro hecho reseñable, ahora que ha sido el aniversario de la Legión española, es que los primeros legionarios fueron españoles. Ser español en el resto de España es muy fácil, pero en Cataluña cada vez es más complicado.
–Algunos pasajes y figuras históricas, como los Tercios de Flandes o el Imperio español, se vinculan irremediablemente a cierta ideología conservadora. ¿Cómo se puede convencer a la gente de que esa historia es patrimonio de todos?
–Si tu preguntas a la población española, el 99% no saben lo que son los tercios, que fueron el mejor ejército del mundo durante 150 años. No se puede hacer un planteamiento de que la historia les pertenece a unos u otros si ni siquiera la conoce la mayoría. Primero tienen que saber qué son los tercios. Los símbolos y la historia son de todos los españoles. Ya está bien de estar analizando todo en clave de la Guerra Civil, que fue un fracaso común. A veces es como si hubiera que pedir perdón por ser españoles.

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