Rafael Dávila Álvarez
De nuevo el ministro de defensa, en funciones, asume la voz de los soldados. Esa disfunción se la conocen muy bien. Conviene recordar que él no es soldado y en esta fiesta de la Pascua Militar debería ser un invitado más. Pero les gusta más que… Y ¿qué va a decir? La estabilidad presupuestaria no existe, la enseñanza militar depende del partido que gobierne ¿soldados o ingenieros?, la industria militar (¿)… deberían explicarse los que nunca la abandonan. ¿Qué va a decir?
España, su unidad, es nuestra razón de ser, nuestra misión. Silencio en la Pascua Militar. Por supuesto que no cabe el desaliento y no lo hay. Hay incertidumbre ante el reto lanzado con chulería y descaro para materializar un flagrante incumplimiento de Ley, de la Constitución, romper la unidad de España. Pero hay miedo o recelo en hablarles claro a los soldados de la que precisamente es su misión constitucional. ¿Hay miedo? ¿No es conveniente? ¿No es el momento?
No veo nada destacable en esta Pascua militar; solo los lugares comunes a los que habitualmente recurre el ministro de defensa, ahora en funciones. Es decir, lo destacable es por omisión. Unas Fuerzas Armadas que se constituyen casi con exclusividad para sus misiones en el exterior y formar la UME, única unidad que ha sido citada con nombre y apellidos en la Pascua Militar (?).
Pero hay algo que conviene resaltar. Lo ha dicho el Rey. Va siendo hora de que nos enteremos. Después de muchos años de servicio y sacrificio, tras servir a la Patria durante años, el futuro de nuestros soldados es el paro, sin facilidad alguna para acceder en buenas condiciones al mercado laboral.
Gracias Majestad por poner el dedo en la llaga de uno de los más graves problemas de nuestras Fuerzas Armadas y que afecta a la gran mayoría de los soldados. Sería un buen regalo de Reyes que el ministro, en funciones, tomase buena nota y sus colegas, en funciones, también.
@generaldavila
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