domingo, 21 de junio de 2015

TERCIO DE LA NOSTALGIA


General Dávila


Nada hay como el soldado español y mi única aspiración siempre ha sido estar a su altura


 


SOBRE EL 5º TERCIO DE LA LEGIÓN. TERCIO DE LA NOSTALGIA (General de Brigada Adolfo Coloma Contreras)


im1Con ocasión de mi última intervención en este blog, mi respetado buen amigo y regidor del mismo, el General Dávila, más que invitarme, me ha incitado a dejar alguna reseña por escrito de ese 5º Tercio de La Legión, el Tercio de la Nostalgia, al que a veces he aludido y bajo cuyas señas he firmado alguna intervención. Y ciertamente me lo pones difícil, mi general, porque sintiéndome desde luego parte de él, no me considero el más idóneo para describirlo, vaya eso por delante. Pero tampoco se dice no! en La Legión. 

Y puestos a ello, Me atreveré a empezar hablando de la nostalgia. Para mí, la mejor expresión del término está contenida en los versos de aquel poeta británico William Wordsworth, que adquirieron una notable popularidad de la mano de una película de Elia Kazan:

Aunque nada pueda devolvernos
las horas de esplendor en la hierba,
ni de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos
porque siempre la belleza

subsiste en el recuerdo

He aquí la nostalgia en su estado puro como expresión de algo que se ama pero que indefectiblemente se aleja y a uno no le queda otra que vivirlo en el recuerdo.

Es sabido que la milicia, esa “religión de hombres honrados” que describiera el gran Pedro Calderón de la Barca, se elige a veces por convicción y a veces por necesidad, pero siempre se vive con vocación. im2Pero hay formas de entenderla – y de vivirla – que imprimen carácter, si me permiten la expresión. Y la Legión, sin duda es una de ellas. Por eso los que nos hemos formado en sus filas nos hemos ido haciendo un caparazón, amalgama de la propia piel con la camisa verde y el correaje de cuero, del que no es fácil desprenderse.

Esto nos ha llevado a buscar, solicitar, ambicionar volver a formar parte de las unidades legionarias. im3Vivir sus exigentes reglas de servicio a España, su ambiente de camaradería, sus ritos y tradiciones. Pero no siempre lo hemos logrado. A veces es una vacante que se escurre entre los dedos. En otras ocasiones son las circunstancias personales. Y para los más, es la edad que ejerce su juicio inapelable. No queda otra que refugiarse en el recuerdo, dar testimonio de lo que se es, de lo que se ha vivido y abrazar el recuerdo con nostalgia.

Pero cuando a esa nostalgia le preceden las palabras “Tercio de La Legión” ah! Amigo eso es otra. La nostalgia parece entonces acudir en tromba, a los acordes del cornetín de órdenes rasgando el aire con su inconfundible toque, la Contraseña Legión: ¡Legionarios a luchar, legionarios a morir!!!

No hay lugar las filas de los cuatro Tercios, que con el resto de unidades legionarias y su General a la cabeza, conforman hoy la Legión, pero si lo hay en esa quasi centenaria institución que no cierra a nadie sus puertas. Los legionarios en activo cierran filas, dejan espacio a los voluntarios del Quinto Tercio de La Legión, Tercio de los que la aman pero por alguna de las circunstancias a las que antes aludía no pueden formar a pie en ellas. Tercio de los que aún conservan el vigor, el deseo e incluso la necesidad vital de seguir siendo parte de ella, de hacer algo más por ella, porque en definitiva es hacerlo por España. Tercio de los que han hecho del Credo de La Legión su propio código de conducta. im4

Nadie como el coronel Carranza, aquel recordado legionario con alma de poeta – o poeta con uniforme de La Legión – podría haberlo expresado mejor en aquellas espinelas que dejó escritas al Tercio de Millán Astray:

……. Ya vivos, ya sepultados

los que en el Tercio han servido

no han estado, Tercio han sido

y por los cuatro costados …..

Esa es la clave. En la Legión no se “está”, se “es” ya que el ser y el estar conforman dos actitudes diferentes ante la propia milicia y ante la vida. Todavía recuerdo las arengas del Coronel Pallás, al frente del 3º Tercio cuando se dirigía a los legionarios hablándoles de estas cosas. Explicaba que, entre las lenguas europeas, solo el castellano distingue entre el “estar” y el “ser” El primero suponía simplemente hallarse en, con un cierto sentido de temporalidad. El segundo requería, mucho más, involucrarse, ser extensivo en el tiempo. También recuerdo lo que sacó en claro de todo aquello un cabo legionario que al final de la formación vino a decirme:

– O sea mi capitán, que es como hacer una tortilla con chorizo.

– ¿A qué te refieres? – Le respondí

– Pues eso, – me dijo – que para hacer una tortilla con chorizo, la gallina, colabora, pero el jalufo se involucra ¿no?- concluyó

De eso se trata pensé entonces y me reitero ahora: de dejarse la piel en ello. De ser legionario desde fuera de sus filas y seguir “haciendo legión” asumiendo su modo de ser con sus grandezas y sus miserias, que como todo en el género humano, ha de haber, tratando de ensalzar las primeras y mitigar las últimas.

Por eso ese 5º Tercio, Tercio de la Nostalgia, en el que yo milito, no me han pedido ni hoja de enganche y filiación, ni tiene lista de revista. Es por el contrario de orgánica infinita y todos tienen cabida: Hermandades y asociaciones afines, legionarios de los cuatro confines, paisanos y mujeres ¡Cómo no!, im5españoles y extranjeros; tan solo con el compromiso de respetar su credo, apoyar a su gente y reclamar el puesto de vanguardia en la defensa del honor, soberanía e independencia de la patria, del orden dentro de ella, como expresión del juramente que un día empeñamos reflejo de la vieja “devotio ibérica”. Porque así, 

im6En la legión en cuadrados

con los de presente afán,

coman o no el mismo pan

fieles a su juramento

en la reserva o en destacamento

para lo que se tercie están”.

Adolfo Coloma Contreras

5º Tercio de La Legión

Tercio de la Nostalgia

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